Una Mercè con cita previa

El Ayuntamiento, pues, espera poder mantener al máximo toda la programación de los festejos, que se detallará en unos días, y que unos 100.000 barceloneses puedan disfrutar de la fiesta en este año tan especial. «La cultura es un derecho esencial y fundamental, ha quedado claro que en momentos críticos la necesitamos», ha argumentado la alcaldesa para defender la celebración de parte de las actividades habituales, que se concentrarán entre el 23 y 27 de septiembre.

No habrá, eso sí, ni castells ni correfocs ni tampoco otro tipo de actos masivos, y habrá que hacer reserva previa para acudir a los más de 300 eventos musicales y callejeros que se prevén. El folklore y la cultura popular tendrán un espacio cerrado y perimetrado, en el Moll de la Fusta. Además, el Piromusical estará desconcentrado: habrá fuegos artificiales desde cuatro puntos de la ciudad para que los vecinos lo puedan disfrutar desde sus casas y la música será un guiño a la generación de entre 60 y 80 años, «los que más han sufrido el virus», han asegurado los portavoces municipales.

Tampoco será una Mercè trasnochadora, ya que los actos se programarán entre las 10 y 22 horas para intentar no fomentar las quedadas nocturnas que se ven que son un foco de contagios. Además, gran parte de los eventos deberán tener a los asistentes sentados y un máximo de 800 personas por acto, «como cuando estábamos en la fase 2 y empezamos a celebrar el Grec» , han recordado las fuentes municipales.

El concejal de Cultura, Joan Subirats, ha incidido en que La Habana, que tenía que ser la ciudad homenajeada este año, lo será finalmente en 2021 y que este año « la ciudad invitada será Barcelona, para ayudar al máximo al tejido cultural de la ciudad«. Así, se prevé la puesta en escena de unas 150 compañías locales. La fiesta contará con un presupuesto de 3,8 millones de euros, como otros años, pero en esta ocasión con un gran dispendio en recursos sanitarios y de seguridad.

A la espera de que se concrete la agenda, este jueves se ha presentado el cartel de las fiestas, que también está marcado por la pandemia. Creado por el colectivo artístico barcelonés Reskate, la imagen emula la cartelería histórica y que tiene una langosta en un primer plano que tiene mucho que ver con la historia de las fiestas: en el siglo, XVII una plaga de estos insectos provocó momentos duros en la ciudad, cuyos vecinos se encomendaron entonces a la Mercè para tirar adelante. «A partir de una desgracia, encontramos un punto de encuentro», han destacado sus autores en una alusión a los momentos vividos actualmente con el Covid.

Además, también se ha desvelado el pregonero de esta edición tan especial. Será el payaso Tortell Poltrona. Emocionado, ha asegurado que todavía no sabe qué dirá en su intervención pero ha dejado intuir que quiere hacer un disurso positivo, a pesar de no poder acabarlo animando a los barceloneses a «salir y divertirse» como si no ocurriera nada.

"Haré una 'escudella barejada' catalana", ha ejemplificado el actor cómico al avanzar que tocará varios ámbitos, "e intentaré borrar todas las fronteras y banderas, ha añadido. «Con la cabeza clara, el corazón abierto e intentando no hacer daño ni recibir críticas vendré a realizar el pregón el día 23», ha sentenciado.