Robert Wilson y su «Pelléas» eclipsan en el Liceu
La espectacular puesta en escena de Wilson contó con un reparto con la garantía de tres francófonos en los papeles principales
PABLO MELÉNDEZ-HADDAD
La penúltima ópera de la temporada liceísta, "Pelléas et Mélisande", de Debussy, no llamó la atención de políticos ni de celebridades: pese a tratarse de una obra maestra ausente del Liceu desde hace 47 años, no se asomó por el Gran ... Teatre ni el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ni un habitual de la temporada, el conseller de Economía Andreu Mas-Colell.
Parece que el reclamo de la famosa producción de Robert Wilson de esta obra de tan difícil clasificación no despertó suficiente interés, pero ellos se lo perdieron, porque se trató de un espectáculo muy atractivo: definitivamente Wilson casa con Debussy: su pasión estética, esos movimientos pausados, esa gestualidad niponisada, que bebe incluso del butho le vino como anillo al dedo a esta música cargada de un suntuoso melodismo.
Pero no solo fueron baja los políticos, porque en realidad en el estreno del miércoles hubo poco público: se trataba de uno de los títulos que se eliminaron de la programación cuando la dirección del Liceu pensó en que frenaría el déficit cerrando el teatro dos meses y presentando un ERE; este "Pelléas" se canceló para después volverse a programar, operación bochornosa que se saldó con un considerable número de bajas de abonados a tenor de las muchas localidades vacías que se vieron en el patio de butacas.
Por otro lado, se trataba de la última ópera a cargo de Michael Boder como director musical del Liceu, a quien habrá que agradecer su valentía al enfrentarse a ciertas decisiones de la dirección del teatro, pero que artística y técnicamente deja a la Simfònica liceísta a cierta distancia de como la recibiera de manos de su predecesor, Sebastian Weigle, cediendo el testigo a partir de septiembre a Josep Pons.
La espectacular puesta en escena de Wilson contó con un reparto con la garantía de tres francófonos en los papeles principales, el tenor Jean-Sébastien Bou, el barítono Laurent Naouri y la soprano española María Bayo, un plus necesario ante una interpretación muy exigente, ya que los cantantes además de luchar con un libreto que no da tregua, deben dar sentido a unos movimientos propios del mundo coreográfico, ese que tanto identifica a Wilson.
A pesar de que en la sala las bajas aumentaron en la segunda parte, el público que aguantó estas tres horas de música fascinante pudo disfrutar de un gran espectáculo, frío, sin duda, pero acorde con el gélido ambiente que el aire acondicionado impuso en el Liceu. "Pelléas et Mélisande" estará en cartelera hasta el próximo 7 de julio.
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