El IQS propone un consenso científico como el que desarrolló la informática
El Institut Químic de Sarrià acoge hoy una jornada bajo el título de «Nuevos consensos» en la que participarán científicos que intervienen actualmente en los proyectos de mayor trascendencia internacional, con la intención de avanzar los cambios que las empresas tendrán que afrontar en el futuro como consecuencia del imparable avance de la tecnología.
El consenso científico que supuso el desarrollo de la informática y las nuevas tecnologías de la información ha supuesto una de las transformaciones más radicales de nuestra forma de trabajar y de vivir. El Institut Químic de Sarrià (IQS) pretende con la jornada de hoy «dar un salto al futuro y ver qué se espera que ocurra en los próximos 15 o 20 años en los diferentes campos de la ciencia», dijo ayer Enric Julià, director general del centro. Progresos tan convulsivos como el fin de la tecnología del silicio y la aparición de ordenadores biológicos, químicos y cuánticos; la crisis energética que comportará la extensión de la nanotecnología y el impacto de la revolución genética y sus terapias, son algunos de los aspectos que abordarán los expertos que participarán en la jornada que coordina Eduard Punset.
Eugene Chudnovsky avanzó ayer que sólo la fisión nuclear será la fuente energética que garantizará a mediados de siglo el elevado consumo que comportará el desarrollo de la nanotecnología frente al anunciado fin de las fuentes naturales. En su opinión, los reactores de uranio no son la solución a largo plazo, porque la Tierra carece del suficiente mineral. No hay más alternativa que invertir más en las costosas investigaciones comerciales sobre reactores de fisión como la emprendida por Estados Unidos y que estará lista en 2008.
Miguel Beato abundó en la necesidad de conocer el 95 por ciento del genoma humano hoy por hoy desconocido y que algunos científicos consideran «basura». «Creo que en esa afirmación se esconde la ignorancia», afirmó. En su intervención de hoy abordará el debate sobre la identidad y cuando un embrión es un individuo, para acabar con las terapias genéticas, asunto que se le antoja prematuro «antes de entender el sentido de lo que está escrito en el genoma».
La ponencia del profesor Javier Tejada versará sobre algo aún inexistente: los computadores cuánticos, sistemas de estado sólido de los que en la actualidad sólo existen seis patentes en todo el mundo, que sustituirán a los «limitados» ordenadores de silicio. Un extremo que supone el fin de las leyes de la física clásica y el comienzo del principio de incertidumbre, ya que si hasta ahora la computación se basa en la lógica binaria, el futuro estará dominado por la lógica difusa, la superposición y mezcla. Es el umbral de las máquinas pensantes.
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