Un grupo de maestros y profesores decide organizarse y plantar cara al nacionalismo en las aulas de Cataluña

Las cosas en los centros educativos de Cataluña están cambiando a un ritmo lento pero constante. Y tras el éxtasis del 'procés', en el otoño de 2017, los movimientos a favor de que las escuelas y los institutos sean lugares libres del partidismo político son ya, si no mayoritarios, nada minoritarios. Se consolidan entidades, como Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) y Convivencia Cívica Catalana, y partidos como el PSC, que defendía la inmersión lingüística únicamente en catalán hasta hace poco, es favorable, ahora, a un modelo más flexible que establezca el bilingüismo como base del sistema educativo.

Aunque el modelo de inmersión lingüística, tal y como lo ha ido aplicando la Generalitat, no ha recibido nunca el aval de los tribunales, no ha sido hasta la segunda década del siglo XXI que la Justicia ha tomado cartas en el asunto, siempre a petición de padres y entidades que han peleado por sus derechos, y han demostrado que el nacionalismo catalán no cumplía con las resoluciones judiciales, que empezaron en los años 80 del siglo pasado. El asunto lingüístico y la neutralidad política en las aulas centrarán el trabajo de Docentes Libres.

Silva, en declaraciones a ABC, señala que «la Generalitat va a rebufo, después de que los que estamos a favor del bilingüismo hubiéramos ido siempre a la contra, ahora llevamos la iniciativa, como se ha visto en las pruebas de la Selectividad, que se ha cambiado por primera vez». Así es, «antes, se les decía a los miembros del tribunal (de las pruebas de la Selectividad) que no avisaran a los alumnos que tenían derecho a examinarse en español, y si alguien lo pedía, el miembro del tribunal iba al presidente y le tenía que decir que había un 'loco' que lo pedía en español y se apuntaba un incidente». Y recuerda que «muchos alumnos, ni sabían que podían examinarse en español».

Pero ya no es así, desde este año (las pruebas se realizaron hace diez días), «se les pregunta a todos en qué idioma quieren hacer los exámenes y, a partir de ahora, los profesores tendrán que informar a los alumnos de lo que tienen que hacer». Y añade: «Es un éxito. A medio plazo, muchos alumnos harán sus exámenes en español, sin ningún problema». Cuando empiecen a saberlo y verlo normal. En Cataluña se celebra el cumplimiento de las normas, las leyes y la convivencia.

Entonces, ¿por qué surge ahora una plataforma de profesores si la situación mejora respecto a los últimos 30 años? «Porque seguimos viendo que hay un déficit de representación entre los profesores. Hay entidades que defienden a las familias o a los alumnos, pero no a los profesores que se dedican a la defensa del Estado de derecho y en contra del adoctrinamiento». Silva concreta: «Somos un altavoz para los profesores que no comulgan con el nacionalismo, ya nadie podrá hablar en nombre de los profesores sin contar con nosotros».

La iniciativa la ponen en marcha una treintena de maestros y profesores, y el objetivo es «crear una red» que tenga ojos y voz en el mayor número de centros y comarcas. «No nos centraremos solo en el tema lingüístico, pero es evidente que el tema lingüístico va ligado a gran parte de la desobediencia que se lleva a cabo en las aulas. Negarse a aplicar una sentencia judicial, como la del 25 por ciento de español (del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, de diciembre de 2020), no es una cuestión sobre lenguas sino sobre democracia».

Entre los promotores, además de Silva, están Sonia Sierra, Iván Teruel, Chari Gálvez y Pilar Barriendos, docentes que ya se han manifestado contra la imposición lingüística y el adoctrinamiento. Y algunos fueron representantes políticos. «Esta es una apreciación, cuando no una acusación -matiza Silva-, que solo se hace si alguien ha tenido relación con Cs y el PP, pero nadie pone en duda a los profesores de la CUP… No nos arrepentimos de nada y fueron compromisos personales. Es más, en Cataluña, eso debería conllevar una medalla».