Según su relato, el exjugador del Barça, de 39 años, le habría introducido la mano por dentro de la ropa interior. Tras ello, espantada, avisó a sus amigas que, a su vez, alertaron a los responsables de seguridad del local. Fue entonces cuando éstos activaron el protocolo del ayuntamiento contra las agresiones y los acosos sexuales en espacios de ocio nocturno privado.
La mujer estaba «muy nerviosa», indicaron fuentes conocedoras a ABC y, junto a sus amigas, fue trasladada hasta un espacio seguro y los responsables del local alertaron a la Policía catalana, que se desplazaron hasta allí. Cuando la víctima refirió los hechos, el supuesto agresor ya había abandonado el local.
Por su parte, desde el entorno del futbolista niegan los hechos. Contactados por este diario aseguraron que la información es falsa, pese a que Alves sí estuvo en el citado espacio, aunque durante «poco tiempo» y que allí «no pasó nada».
La Policía catalana abrió una investigación tras recibir la alerta, y la mujer pasó un reconocimiento médico en un hospital de Barcelona. A pesar de que esa misma noche se personó en la comisaría de los Mossos en Gràcia, donde prestó declaración, no fue hasta el lunes, tras ser atendida por integrantes del Grupo de Atención a la Víctima (GAV) cuando formalizó la denuncia.
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