El Ayuntamiento de Colau propone para 2023 un presupuesto de 3.600 millones

El presupuesto de 2023 tiene este aumento en la propuesta del gobierno municipal por la mayor recaudación de la tasa turística y por las ayudas extraordinarias del Estado. Se sitúa en 1.045,3 millones de euros más que en 2015, lo que se traduce en un 40,9% más en términos relativos en tan solo ocho años. De aprobarse este presupuesto, que representaría un 4% del PIB, supondría un nuevo máximo histórico en las cuentas municipales.

En él se detalla un paquete anticrisis de 106 millones, 22 millones para apaciguar la subida de precios del consumo y de la energía, mantener la ayuda a los hosteleros de la bonificación del 75% en la tasa de terrazas y hacer aportaciones extraordinarias para hacer frente a los costes del transporte público. Como novedad ofrecen una tarifa plana para los barceloneses que tengan más de dos recibos para poder prorratear sus impuestos y pagarlos mensualmente en una cuota. Habrá algunas bonificaciones por cambios hacia una fiscalidad más verde, como en el IBI de uso industrial por la instalación de placas fotovoltaicas o en los vehículos con etiqueta Eco.

El Ayuntamiento de Barcelona hace una previsión de inversión de 884 millones que se desglosan en proyectos concretos de la siguiente manera: 759M de inversión municipal, 88M del Instituto Municipal de la Vivienda, 36M de Barcelona Servicios Municipales y 50 millones para reserva en posibles incrementos del coste de las obras.

Por otra parte, las políticas que se llevan más parte del gasto corriente son las de servicios sociales y promoción social con 408 millones de euros, las de servicios y mejora del espacio público con 403 millones y las de política de seguridad y movilidad ciudadana, que recibirán 370 millones más. Además, destaca en las de personal un incremento de 28,7 millones por las 1.000 plazas nuevas de la Guardia Urbana.

La propuesta de Presupuesto y Ordenanzas se tramitará y se someterá a votación en la comisión de Economía y Hacienda el próximo miércoles. Para superar este primer trámite, los grupos deben abstenerse como mínimo para que se pueda aprobar en el pleno de diciembre, con lo que hay dos meses de margen para negociarlos con la oposición.

En esta dirección, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, le demuestra al líder de ERC en el Ayuntamiento, Ernest Maragall, su predisposición para negociar los presupuestos. «Lo mínimo que podríamos esperar de Maragall es hacer este gesto de mano tendida«, apunta. Desde el gobierno de Colau se es optimista, ya que consideran que es una propuesta asumible para todos los grupos municipales con capacidad para negociar.