ruido blanco
A por la cuarta
En lo que tendría que estar trabajando el PSOE de Castilla y León es en un relevo del liderazgo
El resto es ruido
Paradoja de belén
Dice Luis Tudanca que le apetece cuatripitir como candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Castilla y León. Al burgalés hay que reconocerle dos virtudes poco habituales en la política. La primera es la perseverancia. Hay que tenerla para encontrar ilusión y ... esperar que a la cuarta venga la vencida. Bien es cierto que una de las veces consiguió que el PSOE fuera la fuerza más votada pero nunca alcanzó la Junta y eso de ganar sin gobernar, como él mismo le repite a Feijóo, no sirve de nada en nuestro sistema parlamentario. La segunda es que es un secretario general que apechuga y en todos los intentos de ser presidente que acabaron en la oposición cumplió la palabra dada a los ciudadanos y su labor parlamentaria durante toda la legislatura. No como Óscar Puente que tardó quince días en desdecirse y aceptar los regalos de Pedro Sánchez para evitar volver al frío banco de la oposición en el Ayuntamiento de Valladolid. Tudanca no conoce el calorcito del poder, no sabe lo que es mirar desde un banco azul y por eso no lo echa de menos.
Cuando reformen la Ley Electoral deberían imponer la limitación de intentos para optar a un cargo público. No ocurrirá jamás ahora que ya cayó en el olvido hasta la limitación a dos mandatos que fue la quintaesencia de la regeneración no hace tanto. Conseguir un cargo por insistencia debería evitarse porque es cierto, y hay ejemplos a puñados, que si uno se presenta una y otra vez bajo las siglas de partidos con opción de gobierno llega un momento en que más que los votos se dan las circunstancias. En lo que tendría que estar trabajando el PSOE de Castilla y León es en un relevo del liderazgo. El nubarrón constante de posible adelanto electoral no se lo ha puesto fácil porque tras la larga era Tudanca hace falta tiempo para encumbrar, dar a conocer y trabajarse un nuevo líder sin encontrarse en las urnas con el pie cambiado. Si PP y Vox logran aprobar los presupuestos sería un buen momento. Y no solo para el partido también para el futuro del propio Tudanca. Los cargos a dedo que el sanchismo puede repartir a sus fieles llega un día que se acaban.