La complejidad del trabajo de los maestros liceros

Antaño, la densidad de los nudos se consideraba una medida de la calidad en las alfombras hechas a mano. Entre dos piezas de similar origen y diseño, la que tuviera una mayor cantidad de nódulos era la que se consideraba más valiosa. En España, este método fue harto empleada -sobre todo- en los talleres de Cuenca y Alcaraz, hasta mediados del siglo XVII, donde comenzó su declive, según datos ofrecidos por la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha.

No obstante, tres siglos después, las salas de Palacio del Torreón de Lozoya, en Segovia, acogen un centenar de piezas de la Real Fábrica de Tapices, que está celebrando su 300 aniversario. Una oportunidad de descubrir la complejidad y belleza de los maestros liceros, auténticos profesionales del telar de alto lizo. La Real Fábrica hace un recorrido por su trabajo de fabricación de tapices, pero también de alfombras, de nudo español y nudo turco, en los que se sigue la tradición, y todos los procesos de restauración innovadores y con tecnología del siglo XXI.

La muestra, que estará abierta al público hasta el 15 de noviembre, reúne más de un centenar de piezas entre alfombras, tapices, utensilios para su fabricación, carteles explicativos de la historia y el trabajo que realiza la Real Fábrica, así como una sala dedicada a cartones, donde los espectadores verán obras muy conocidas de Francisco de Goya, como 'El Quitasol' , también destaca el 'Tríptico del Descubrimiento de América', que se expone aquí en primicia, en el que aparecen representados los Reyes Católicos, informa Ical.

A través de las diferentes salas, se van desgranando las diversas áreas de actuación de la Fábrica, que mantiene intacto, después de tres siglos, la parte de fabricación, con encargos que reciben tanto en tapices como en alfombras, mediante el uso de materias de primas de la más alta calidad. Ahora mismo están inmersos en la realización de un encargo del Gobierno de Dresde (Alemania), para el que están usando seda, oro y plata. En la fabricación de alfombras han recuperado aquellas técnicas centenarias que a cambio de unas manos encallecidas, creaban los motivos más hermosos.