Las peticiones ‘cajón de sastre’ de Vox para Castilla y León

Muy firmes y efusivos en la exposición de sus planteamientos en campaña, la negociación tras conocer el resultado será otra cosa y lo saben. «Con el 17 por ciento del respaldo, somos responsables, no aspiramos a la totalidad de nuestro programa, pero lo afrontamos con altura de miras para proteger al campo, la industria, los intereses de la España olvidada y dar la vuelta al invierno demográfico», reconocía esta misma semana su candidato electo, Juan García-Gallardo, consciente quizá de que muchas de sus exigencias, a priori, no podrán llegar a buen puerto.

Pero, ¿qué exigencias plantean los de Abascal y en qué grado coinciden con el programa de los populares? Paradójicamente, una de sus principales apuestas es terminar con un estado autonómico que «nos ha convertido en ciudadanos de Segunda división», según ha declarado en numerosas ocasiones García-Gallardo y centralizar los servicios más básicos (educación, sanidad y servicios sociales), algo que rechaza de plano el PP. Pero sabedores de que no podrán hacerlo hasta obtener un peso importante a nivel nacional, optan por ir trabajando desde el terreno y, una vez que han pasado las elecciones, han dejado claro que ahora quieren hacerlo desde dentro entrando en el Gobierno.

En su modelo ideal, sí que está «reforzar el papel de las diputaciones, las provincias y las comarcas» . Quizá por ello, García-Gallardo planteó en campaña que «cualquier pacto que se vaya a celebrar para gobernar estará condicionado a la aprobación de una serie de exigencias determinadas para cada provincia». En la nómina de peticiones más ligadas al territorio figuran la finalización del Hospital Santa Bárbara en Soria, fiscalidad especial para Ávila, un plan 100-30-30 para Palencia, el Hospital de Aranda de Duero (Burgos) o la construcción de una autovía de gran capacidad entre Bragança y Puebla de Sanabria y entre Ponferrada y Orense para León, entre otras.

Pero si algo está levantando polémica es su intención de derogar «toda aquella normativa aprobada por iniciativa de la izquierda y la complicidad del Partido Popular», según indica el candidato. En primer lugar, la Ley de Violencia de Género , pero sin concretar cuál sería su alternativa para la región, algo en lo que chocará con los populares, que ya tenían en mente ampliar y reforzar esa legislación aprobada en 2010, por ejemplo, incorporando nuevas tipologías como la violencia digital y vicaria. Además, exigen eliminar la «Ley de la Memoria Histórica y Democrática» , que en realidad es un decreto y también sin aclarar cuál es su propuesta, y frenar el proyecto de ley LGTB+ , que lleva años estancado en el Parlamento regional.

No son los primeros que llegan decididos a acabar con los «chiringuitos», pero en su caso plantean, como fórmula para reducir el «gasto político», eliminar instituciones propias como el Procurador del Común o el Consejo de Cuentas , además de poner fin a los «chiringuitos de género o feministas».

Dentro de ese mismo objetivo, tal y como han defendido de manera insistente y enérgica en sus mítines, pretenden retirar las subvenciones a los sindicatos, pero también a las patronales , porque han «traicionado a los trabajadores» y han usado sus asignaciones para otras cuestiones, ha llegado a manifestar García-Gallardo. Una propuesta que les ha granjeado la enemistad con las principales organizaciones, que piden un cordón sanitario que impida que Vox llegue al Gobierno regional, y que tiene escasas opciones de prosperar, habida cuenta de que en el PP siempre han defendido a capa y espada el diálogo social para llegar a grandes acuerdos.

Están dispuestos, también, a hacer suyas las «legítimas» reivindicaciones de la España Vaciada –prefieren denominarla «olvidada»–, aunque su visión de los partidos que se han presentado bajo el paraguas de la plataforma estatal contra la despoblación es que «se han aprovechado del dolor de esos territorios que han sido abandonados». Unas declaraciones que tampoco han sentado nada bien a las formaciones localistas que se han sentido «menospreciadas» por Vox.

Y en este punto, en el de hacer frente a la sangría demográfica en la Comunidad, el partido de Abascal apuesta por ayudas directas a la natalidad o incentivos por hijo, un aspecto en el que es coincidente con el PP , que ha comprometido un cheque bebé. Pero en Vox optan por este punto en lugar de apoyarse en la inmigración «para repoblar», tal y como ha expresado su líder nacional en más de una ocasión:«otros apuestan por solucionarlo llenando los pueblos con inmigrantes como si trasplantásemos a un señor de África en un pueblo de Soria». Y de esta forma plantean, también, reforzar el concepto de familia para que se el «eje» de todas las políticas de la nueva Junta.

En un intento de asumir el liderazgo rural, quieren erigirse también en defensores del campo y de sus productos frente a la «competencia desleal extranjera, atacan a la ecología , a la «religión climática» y a la Agenda 2030 en unos postulados que habrá que ver si son insalvables para que la negociación prospere.