clásica
Lograda «Tercera»
Una única obra para este décimocuarto concierto de abono de la OSCyL: la «Sinfonía nº 3 en Re menor» de Gustav Mahler, interpretada por vez primera vez por esta orquesta, con la intervención de la mezzosoprano Mihoko Fujimura, el Coro de la Comunidad de Madrid, ... la Escolanía de Segovia (Fundación Don Juan de Borbón) y la dirección de Jesús López Cobos.
Por la monumentalidad de sus proporciones y la variedad de atmósferas sonoras, esta obra de Mahler constituye siempre un desafío para los músicos, que afrontan cien minutos de música ininterrumpidos. De ahí el mérito que supone una interpretación lograda, como ésta de la OSCyL, que haya conseguido mantener el interés y la emoción del público hasta el punto de ovacionar casi «mahlerianamente» a los artífices del logro.
Qué duda cabe que gran parte del éxito se debe a López Cobos, a su claridad y abundancia de ideas (aunque diga humildemente que todo está escrito en la partitura). Su batuta ha arrancado estupendas sonoridades de los metales (y, por supuesto, de toda la plantilla instrumental en general): pasos de forte a piano casi sin solución de continuidad, delicados fraseos en pianísimo, y pasajes memorables, como el de la corneta de posta secundada y/o alternada desde lejos por las cuerdas, en uno de los momentos mágicos de esta sinfonía (el «Comodo. Scherzando» de la tercera parte). Memorable también su manejo de la masa sonora en las partes corales, bien imbricadas con la tímbrica instrumental, que ha sabido moldear de manera eficaz y emotiva. Hay que destacar, a este propósito, la buena conjunción y trabajo de los dos coros, capitaneados por Jordi Casas Bayer (Comunidad de Madrid) y María Luisa Martín Antón (Escolanía de Segovia). Con Mihoko Fujimura en el arranque del «O Mensch!» (cuarta parte) llegó otro de los momentos mágicos; la tersura del vibrato, la claridad, plenitud y belleza de la voz, la pureza de la dicción y su inefable expresividad hicieron que cobraran vida los versos de Nietzsche tomados por Mahler: «todo gozo ansía eternidad».
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