La Junta asegura que el lobo se podrá volver a cazar al norte del Duero

«Trabajaremos» para que, «en el marco de la legalidad» y en el «menor tiempo posible» se pueda volver a cazar al norte del Duero, la frontera natural por la que la Unión Europea distingue si estos cánidos pueden ser o no cinegéticos. Y es que el Gobierno regional no comparte ni la forma ni el fondo del la decisión judicial. Así, por un lado, Marcos advirtió de que «no sé si es suficiente» la «justificación» aportada por los promotores de la petición que ha motivado el auto -la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel)-, frente a unos «informes técnicos de expertos» aportados por la Junta en los que se justifica que la especie es cinegética «y que estamos de acuerdo y siempre garantizaremos la sostenibilidad de la especie, como no puede ser de otro modo». «Pero -apostilló Marcos- precisamente para garantizar la sostenibilidad de la especie se deben adoptar medidas de control cinegético». Y ahí es donde se sitúa el cuestionamiento de lo que en el fondo supone esa medida cautelar.

El arma que pretende usar la Junta para devolver ese estatus de cinegético al lobo es el nuevo decreto, de 2018, que regula las especies cazables en Castilla y León, redactado tras los sucesivos varapalos judiciales recibidos -precisamente en los mismos en los que también se ampara la nueva medida, que impone el auto que impide la caza efectiva del lobo basados en un sistema de cupos para la temporada 2018-2019-. Se ha elaborado «teniendo en cuenta los criterios» que marcó el Tribunal, subrayó Marcos. En concreto, ha incorporado un informe que establece las bases científico-técnicas que justifican la declaración de las especies cinegéticas de Castilla y León. Y es que en la Junta tienen claro que la especie debe seguir siendo cazable, por lo que Marcos lanzó un mensaje de «tranquilidad» a los ganaderos, también afectados por la medida, pues la convivencia de estos cánidos con la ganadería está suponiendo un «problema», especialmente al sur del cauce, donde no se puede cazar. «Es una especie cinegética, regulada por el decreto aprobado recientemente por la Junta y trabajaremos en el marco de la legalidad para que, lógicamente, se pueda cazar al norte del Duero», recalcó Marcos.

«Permitir la superpoblación sin control no es beneficioso ni para la propia especie, ni, desde luego, para la convivencia con la ganadería y el medio rural», advirtió la también consejera de Agricultura. Sólo en el primer trimestre de 2017, en la Comunidad se registraron 853 ataques a la ganadería, 650 (más del 76%) al sur del Duero, con cerca de 1.300 de cabezas de ganado muertas. Y es al norte de esa frontera natural donde se concentra el mayor número de manadas (152 de las 179 censadas en la Comunidad), que hace años ya lograron trazar sus propios «puentes» sobre el río y avanzar hacia el sur, donde hay contabilizados al menos 27 grupos de estos cánidos.

Y esa complicada convivencia, la Junta lo tiene claro, y así lo recalcó ayer su portavoz. «Nuestra obligación es velar por el interés general», afirmó, y éste pasa por «garantizar» la actividad económica. «Que el medio rural sea un medio de vida y no sólo un espacio de contemplación», subrayó Marcos. «Y esto pasa -prosiguió- por que haya actividad ganadera» y que la vida en el medio rural sea «compatible» con el medio ambiente y la «conservación» natural. Y es que, advirtió, se deben «adoptar las medidas» que permitan «garantizar» la actividad en el entorno rural, donde la caza y la ganadería tienen un peso importante y están «muy vinculadas» a la gente que vive en le pueblos, a la vez que se preserva el medio natural. Eso sí, también lanzó una advertencia: «Creo que tenemos que empezar a poner las cosas en sus justos términos». A la vez que «es importante» la conservación de las especies y animales silvestres -«y la Junta trabaja en ello», precisó Marcos-, también lo es permitir la actividad económica.

La portavoz fue incluso más allá y lo vinculó con el problema demográfico. «Si estamos hablando de lucha contra la despoblación, no podemos, en paralelo estar impidiendo o poniendo trabas a toda la actividad que genera precisamente desarrollo económico y permitir vivir en el medio rural», censuró. Y la consejera dejó claro que «si alguna actividad lo permite» es precisamente la ganadera.

Así, incidió en defender un «control de lobo, sí», con «garantía de cumplimiento» de la normativa y buscando un «equilibrio» entre la «pervivencia» de estos cánidos y la actividad económica». «Entre el bienestar de la fauna silvestre y las personas, desde luego, la Junta de Castilla y León siempre va a apostar por las personas. Pero es que se pueden hacer las dos cosas, y lo estamos haciendo», subrayó.