Castilla y León confía ya en poder dejar atrás una «semana negra» con 125 fuegos

El teniente de alcalde de Fermoselle, Manuel Moya, aseguró que la situación está «más controlada». Lo más preocupante, en su opinión, es que el paisaje está «todo gris» y que se han perdido cultivos como vides y olivos centenarios, además de especies autóctonas como jaras y escobas. José María Nieto, alcalde de Villar del Buey , municipio al que pertenece Pinilla de Fermoselle, confirmó que el incendio está «relativamente controlado», informa Efe.

Castilla y León confía ya en poder dejar atrás una semana negra en cuanto a incendios forestales se refiere. Hubo 125 fuegos en siete días, hasta 33 en una misma jornada y en 24 horas cuatro de ellos alcanzaron el nivel 2 de peligrosidad. Unos datos que puso ayer de relieve en León el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, para advertir después que confía en que lo peor haya pasado y, en los próximos días, la Comunidad pueda vivir una situación de «mayor tranquilidad».

El de la Cabrera (León) es no sólo el incendio más grave de los producidos la semana pasada, sino también el peor de todo el año en la Comunidad. En nivel cero desde este domingo, a lo que ayudó la lluvia y la bajada de temperaturas, el fuego -activo desde las nueve de la noche del lunes 21- ha arrasado ya más de 8.000 hectáreas y su perímetro ronda los 55 kilómetros de longitud. Ya controlado, el foco de atención se ha desviado ahora al de Fermoselle (Zamora), que actualmente es el que más preocupa a la Administración autonómica por tratarse de un incendio «grave» y que afecta al Parque Natural de los Arribes del Duero, una zona que Suárez-Quiñones valoró como «de muy alto valor natural».

El consejero avanzó también que los representantes de los municipios afectados por el incendio de La Cabrera mantendrán una reunión mañana miércoles con la Junta con el fin de analizar la dimensión de los daños y las acciones oportunas para recuperar la zona. De hecho, ayer mismo alcaldes y pedáneos trataron de unificar posturas para reclamar que se declare a La Cabrera como zona catastrófica y se le otorguen ayudas en base a ello.

Además, a la gravedad de los efectos de las llamas en La Cabrera se une ahora la acción de las lluvias, que si bien han sido buenas para extinguirlas, al caer en gran cantidad han provocado arrastres «sin que haya habido posibilidad de tomar medidas preventivas», advirtió Suárez-Quiñones. Por ello, dijo, «queda mucho trabajo por hacer». Como ejemplo, ayer mismo el regidor de Castrocontrigo anunciaba el corte del agua para el consumo al verse esta afectada a consecuencia del incendio, que ha alterado el curso alto del río Eria, que abastece al pueblo.