En lugar de encontrarlo el hombre perdió la vida, probablemente narcotizado por la falta de oxígeno y los gases nocivos del interior. Fue un compañero de aventuras de la víctima el que el pasado lunes dio la voz de alarma y explicó a la policía que ambos llevaban meses excavando un estrecho pozo apuntalado con neumáticos. Todo por un tesoro del que había oido hablar y con el que el pastor fallecido, de nacionalidad marroquí, pretendía dejar su oficio y dar un futuro más próspero a su familia.
En la búsqueda participaron miembros del Cuerpo de Bomberos de Zamora, que tras descartar acceder al interior del pozo por su estrechez y la falta de oxígeno, idearon un plan de rescate aprovechando la pendiente del terreno, situado en la finca en la que trabajaba el pastor próxima a la ermita de Valderrey. Hasta la zona se trasladó una máquina excavadora que el lunes por la tarde comenzó a remover el terreno, trabajó hasta bien entrada la noche y en la mañana de este martes se sumó una segunda maquinaria que logró dar con el cuerpo sin vida del pastor.
Según señaló el subdelegado del Gobierno en Zamora, Jerónimo García Bermejo, las primeras hipótesis apuntan a que pudiera haber perdido el conocimiento por la falta de oxígeno en el interior del pozo -se calcula que sería únicamente del 18 por ciento- ,así la víctima pudo haber perdido la vida «por narcotización», mediante «una muerte dulce».
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