Las Generales complican la entrada en vigor de los Presupuestos para el 1 de enero

Y no está resultando fácil, aunque parece que todo está cuadrado. Eso sí, con cierto temor aún en el cuerpo. Más de un sudor ha provocado -y a buen seguro provocará- el encaje de bolillos trenzado con números y papeletas. Siguiendo la costumbre de no celebrar plenos en campaña electoral, se ha optado por trasladar la sesión en principio prevista para la primera quincena de diciembre a después de las generales fijadas para el domingo 20 de ese mes.

Las Cortes de Castilla y León han decidido reservar los tres días inmediatamente posteriores a los comicios, esto es, 21, 22 y 23 de diciembre, para el debate y votación del Proyecto de Ley de Presupuestos para 2016 y la Ley de Medidas Tributarias que lo acompaña. Tres jornadas por si la sesión se dilata más que de costumbre, pues no hay que olvidar que, además, esta vez hay más partidos en la Cámara y los debates son más largos. Sin olvidar que el PP se ha quedado sin la mayoría absoluta que le acompañaba en los últimos casi treinta años y necesitará de la complicidad de alguno de la oposición para que las Cuentas prosperen. Un ingrediente que imprime más «picante» al cocktail ya repleto de los que están llamados a convertirse en los primeros presupuestos de la Comunidad de esta IX Legislatura.

Y es que si en anteriores ocasiones la mayoría del PP permitía sacar adelante en solitario las Cuentas y lo hacían prácticamente sin modificaciones sobre el texto registrado por la Junta, en esta ocasión, la necesidad de aliados obligará a buen seguro a variaciones. Y ahí es donde surge la complicación de celebrar el debate y votación del Presupuesto en la recta final de año.

Una vez que se puedan aprobar esas enmiendas, es necesario ponerlas sobre el papel, ajustando muy bien las partidas que varían para que todo quede perfectamente encajado y ceñido al montante total de 9.843,7 millones de euros a los que se elevan las Cuentas para 2016 presentadas el día 14 por el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera.

Un trabajo que puede llevar más tiempo y tener que estar muy pendientes de un almanaque que consume sus últimos días, con buena parte de ellos festivos. El calendario fijado por las Cortes establece que el 29 de diciembre, en caso de ok, se producirá la certificación por las Cortes de la ley aprobada y se remitirá a la Junta. Luego tiene que publicarse en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) , con el 31 de diciembre como fecha tope para que entre en vigor el 1 de enero.

Si se consumen los tres días fijados para el pleno los tiempos apretarían más, puesto que hasta el lunes 28 no comenzarían esas labores posteriores a la aprobación.

El trabajo con los servicios jurídicos está siendo intenso para vayan orientando sobre los tiempos y el riesgo de que las Cuentas, pese a que puedan ser aprobadas, no lleguen a estar listas y publicadas para el estreno del nuevo año.

El temor y la «tensión» existen, y sobre todo las mayores consecuencias recaerían no sobre los Presupuestos, sino sobre la Ley de Medidas Tributarias que siempre acompaña las Cuentas y en la que se fijan los impuestos, tasas y precios públicos, entre otros aspectos.

Hay tipos que se computan anualmente y, en caso de que no estuviesen publicadas el 31 de diciembre para su entrada en vigor el 1 de enero, habría que hacer un cálculo prorrateado con los días de retraso. Ocurriría lo mismo con el conocido como céntimo sanitario. La Junta ya ha anunciado que con el cambio de ejercicio se dice adiós definitivamente a la tarifa autonómica del impuesto sobre hidrocarburos implantado en marzo de 2012 y luego rebajado, pero para que sea efectivo con las campanadas la ley tiene que estar publicada en el Bocyl a tiempo. Algo que tendría consecuencias tanto sobre el bolsillo de los ciudadanos como en las cuentas y facturas de las gasolineras

Además, el hecho de coincidir con periodo electoral a buen seguro complicará las necesarias negociaciones. La vista puesta en unas urnas en las que todo está más abierto que nunca en los últimos tiempos puede condicionar -y mucho- el tira y afloja para sacar adelante los Presupuestos.

Y si ya arduo será el debate y trabajo parlamentario previo antes de que las Cuentas lleguen al pleno, ese día tampoco será fácil. El 21 de diciembre, en plena resaca electoral y con los políticos a buen seguro muy pendientes de los análisis de los resultados, deberán centrar su mente en los números de Castilla y León.

«No es el mejor día», reconoce el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, el mayoritario en la Cámara, pero las elecciones del 20 de diciembre han obligado a esos equilibrios para que los Presupuestos puedan ser aprobados a tiempo con un calendario muy apretado y cumpliendo el principio de no celebrar pleno durante la campaña.