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Salud&Sociedad

Esquizofrenia: el camino está en el optimismo

Expertos internacionales en psiquiatría, como el holandés Jim Van Os y Enrique Rojas, abogan por la inserción social de las personas con trastornos mentales en una jornada organizada por las Hermanas Hospitalarias de Palencia

Los responsables de las Hermanas Hospitalarias de Palencia, junto al doctor Jim Van Os ICAL

ALBA MÍGUEZ

Más del 20% de los españoles sufrirá algún tipo de enfermedad mental a lo largo de su vida, según el reconocido psiquiatra holandés Jim Van Os. El ritmo vertiginoso de trabajo y la presión a la que muchas veces estamos sometidos puede desembocar en una enfermedad mental. En concreto, el científico y psiquiatra holandés, es experto en tratar a las personas que sufren psicosis, una patología que padece el 4% de la población española pero, a pesar de ello, Jim Van Os se muestra optimista e insiste en que se trata de una enfermedad mental que se puede compaginar con una «vida adaptada» siempre y cuando se acompañe del tratamiento y la ayuda adecuada. Lo importante, dice Van Os, es que las personas que sufren psicosis nunca pierdan la esperanza y para, ello, aboga por la «reinserción social» de quienes la padecen.

Así lo aseguró en la jornada inaugural de la V Jornada Nacional sobre Esquizofrenia organizada por las Hermanas Hospitalarias de Palencia que reunió a 250 profesionales y donde el experto holandés, uno de los psiquiatras más prestigiosos del mundo, quiso matizar la diferencia entre la psicosis y la esquizofrenia.

La psicosis, dijo, es un síndrome mucho más amplio y solo una cuarta parte de los diagnosticados llega finalmente a padecer esquizofrenia que se trata de un «pronóstico relativamente desfavorable», aunque incluso, así, el paciente puede sobreponerse a esa «vulnerabilidad» para poder manejarse en su día a día con la máxima normalidad posible.

Sin generalizar

Jim Van Os no quiere ser pesimista y por ello entiende que no hay que generalizar. «Hay que usar una terminología más amable para no estigmatizar». Ése es el primer paso para lograr la tan ansiada inserción social que persigue el psiquiatra holandés. Ésa es la manera, aseguró, de que los pacientes puedan recuperarse de su enfermedad sin tener el miedo a sentirse «desahuciados». «Con las enfermedades mentales ocurre lo mismo que con la diabetes, tienes síntomas y necesitas tratamiento pero puedes llevar una vida adaptada con reinserción social», aseveró.

El científico reconoció que hay mucho estigma entorno a esta enfermedad y también por eso lamentó que sean muchos los enfermos que están siendo tratados tan solo con medicamentos como única solución a su problema. «El camino está en buscar el optimismo y la esperanza», aseguró Van Os. Unas jornadas que se encargó de clausurar el reputado catedrático de psiquiatría y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid, Enrique Rojas.

Alcanzar la madurez

El reconocido psiquiatra insistió en que el «amor, el trabajo, la amistad y la genética» son factores fundamentales para alcanzar la madurez de las personas. Una persona emocionalmente madura además, aseguró, es aquella que ha crecido con personas a las que «poder imitar». «Un buen padre vale más que cien maestros y una buena madre es una universidad doméstica», afirmó Rojas ante una sala abarrotada de público. Las cosas importantes de la vida, continuó el psiquiatra, no se aprenden en el aula porque los maestros enseñan lecciones pero no educan, y por eso es necesario tener a alguien a quien poder imitar: «La mayor epidemia de Estados Unidos son las parejas rotas. No podemos exigir a nuestros hijos algo de lo que no damos ejemplo».

«Hay que utilizar una terminología más amable para no estigmatizar»

Son varios, señaló Rojas, los factores que demuestran que una persona ha alcanzado, o no, la madurez emocional. « Una persona madura es aquella que tiene la sexualidad en un tercer o en un cuarto plano salvo que se trate de un adolescente», explicó el psiquiatra. Una persona madura es también, explicó, aquella que vive el «porvenir», es decir, que lucha por cerrar los capítulos del pasado y vive la vida del presente.

Lo mismo ocurre con quienes comparten su vida con su pareja y son «capaces de ceder». Quienes por el contrario, dice Rojas, son incapaces de residir en convivencia y tienen una gran facilidad para convertir cualquier situación en un problema son el perfecto ejemplo de personas inmaduras e infantiles.

En cualquier caso, aseguró, la personalidad tiene «raíces rocosas» pues no es algo que pueda cambiarse en una tarde sino que, aparte de lo que cada cual vaya aprendiendo de la vida, tiene una parte «imprescindible de genética», aseveró. Es importante, concluyó el psiquiatra granadino, aprender a reírse de uno mismo para poder así, anteponerse a las adversidades.

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