'Copernicus', un satélite para doblegar el fuego
El Programa de Observación de la Tierra de la UE da todo tipo de informaciones sobre inundaciones o variaciones geográficas por incendios como el de Navalacruz
Imagen de la superficie del incendio de Navalacruz (Ávila) captada por los satélites europeos
Son los ojos de Europa en la tierra. O al menos ese es el eslogan con el que la propia UE ha bautizado a la red de satélites que patrullan el globo desde el espacio a través de un programa de observación gestionado por ... la Comisión Europea . La vigilancia se lleva a cabo a través de instrumentos alojados en los propios aparatos y en instalaciones terrestres. Su nombre, Copernicus, es un homenaje al astrónomo prusiano Nicolás Copérnico (1453-1543), padre de la teoría heliocéntrica del sistema solar, una contribución pionera a la ciencia moderna. Este ha sido el sistema que ha medido la intensidad y trazado el área de la quema en el suceso de Navalacruz (Ávila), que ha arrasado casi 23.000 hectáreas. El mayor incendio en Castilla y León desde 1984, según lo calificó el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, el pasado martes.
Su servicio para estos casos es aparentemente sencillo: se activa mediante una solicitud a través de las oficinas de las comunidades autónomas , aunque puede pedirlo cualquier órgano dependiente de Protección Civil. Y entonces comienzan a llegar los datos orográficos. «Pero a veces hay un problema», -explica el profesor e Ingeniero Forestal, Celso Coco, en declaraciones a ABC-, ya que «los satélites no pasan todos los días, el nuestro pasa una media de cada tres o cuatro días por el mismo punto». Por eso, añade el profesor, también se cuenta con la información de satélites privados a través de contrataciones puntuales que o tienen una mejor resolución o «pasaban por ahí» cuando estalló el suceso.
En lo referente a su funcionamiento, Coco aclara que, para detectar el área y trazar las dimensiones de un fuego, el satélite se fija en las plantas, en su color. «Es lo que da la pista, el satélite mide la hidratación y los cambios en la vegetación , entre otros muchos factores», ilustra el ingeniero. Asimismo, también cuenta con distintos tipos de mapas: por un lado están los ‘Rapid Mapping’, que proveen de información geoespacial en cuestión de días u horas al servicio de los equipos de emergencias y los ‘Risk and Recovery Map’ (Mapas de riesgo y recuperación), que proporcionan también información geoespacial, pero, en esta ocasión, en apoyo a la gestión de desastres, incluidas las fases de prevención, preparación, reducción de riesgos y recuperación. Buena parte de esa información es pública, está abierta al usuario, pero para acceder a ella hay que saber interpretarla.
Datos de libre acceso
El Centro Integrado de Formación Profesional de Almázcara está ubicado al lado del río Boeza, en León. Es un complejo algo apartado de la localidad y es donde Celso Coco enseña a utilizar la información de los ‘Setinel-2’, una serie de satélites con diferentes sensores activos (ejemplo tipo radar), como pasivos (térmicos como ópticos), y que sirven para, grosso modo, analizar los incendios forestales de forma remota. Estos son los satélites propios del proyecto Copernicus. «Impartimos cursos a todo aquel que lo desee, normalmente son técnicos forestales o bomberos, pero también han venido periodistas que quieren aprender a utilizar las herramientas que tenemos para informar sobre incendios» , explica el profesor para incidir en que son cursos gratuitos. Y esta gratuidad viene, según señala el ingeniero, debido a su dependencia de la Junta de Castilla y León. Están subvencionados, aunque «la pena es que no llegamos a mucha gente porque buena parte de nuestros cursos son presenciales y estamos en un lugar de difícil acceso», se lamenta Coco, para añadir que, en ese sentido, la crisis sanitaria ha abierto una ventana de oportunidad al haber tenido cursos online.
Explica que el cuidado del medioambiente es su pasión y, que por ello, también es muy activo en redes sociales: «Tengo un perfil en la red Twitter (@eforestal), en la que voy colgando información de interés forestal y recientemente de los incendios que van sucediendo de cierta entidad. Sobre este asunto estoy recopilando el análisis de aquellos incendios que superan las 500 hectáreas de extensión, denominados GIF ; Grandes Incendios Forestales».
Cuenta con más de 16.000 seguidores en la red social y por el éxito de su labor divulgativa lo llamaron de la ‘Copernicus Academy’, una red europea que conecta todo tipo de centros educativos (públicos y privados) para desarrollar conferencias y formar a investigadores, científicos y empresarios con las habilidades adecuadas para utilizar los datos de Copernicus. El de Almázcara es el único centro de Castilla y León perteneciente a la red, aunque Coco espera que pronto sean más.
Pero Copernicus sirve para mucho más que para rastrear al fuego. También mide las variaciones del nivel del mar o cualquier cambio orográfico. Al fin y al cabo, ellos están fuera mientras los desastres naturales se quedan dentro. Una mirada que, a juicio de Coco, puede ser una gran herramienta en la lucha contra el cambio climático. Un fenómeno que, según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC , de sus siglas en inglés), se resume en cinco puntos contundentes: «es real, somos nosotros, estamos científicamente muy seguros de que es muy malo, pero podemos arreglarlo». Y, para ello, se puede contar con otros ojos: los de Europa sobre la tierra.