La confusión se adueña de los ciudadanos ante las restricciones y se activan las compras de alimentación
Supermercados y centros comerciales detectan un aumento de clientes tras el anuncio de las nuevas medidas que entrarán en vigor mañana
M. Serrador
La comparecencia el martes, con declaración institucional incluida, del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, puso en alerta a muchos ciudadanos que, en la mayoría de los casos, no esperaron a leer «la letra pequeña» del Boletín Oficial de la Comunidad (Bocyl) ni a ... recibir más información de la que ya son capaces de asumir. El anuncio de nuevas restricciones, a partir de las 00:00 horas del viernes, en la hostelería y los centros comerciales llevó a muchos consumidores a decidir adelantar, e incluso, incrementar, las compras de productos esenciales, alimentación, fundamentalmente.
Incertidumbre, confusión y hasta miedo, con la mirada puesta en el mes de marzo, donde las colas a las puertas de los establecimientos dibujaban escenas del siglo pasado. Sensaciones que provocaron que ayer, en supermercados y centros comerciales, la afluencia de clientes fuera más elevada de lo habitual.
El director del Carrefour Parquesol, de Valladolid, Jesús Cuadrado, ya a primera hora de la mañana lo tuvo muy claro: «Hasta el viernes esperamos más compradores; luego, bajará». Reconoció que el mismo el martes se notó una mayor afluencia y, sobre todo, se comprobó que «hay clientes que llaman con muchas dudas, preguntando si se va a cerrar». «Hay mucha incertidumbre», señaló.
Lo cierto es que, «a pie de obra», en los establecimientos comerciales, la percepción de los trabajadores era, precisamente esa, que la jornada de ayer fue más intensa de lo habitual y el «¿cerráis el viernes?» se convirtió en la pregunta más repetida. Y eso que , los comercios de alimentación, en todos sus formatos, tienen garantizada su apertura , superen o no los 2.500 metros cuadrados o estén incluidos en una gran superficie. Eso sí, tendrán restringido el acceso a todo aquello que no sean productos esenciales. Sin embargo, los consumidores tenían ayer prisa por comprar y hacer acopio. Una empleada de Carrefour del Barrio España de la capital vallisoletana aseguraba con pena que «esto no es normal», después de una mañana que nada tuvo que ver con un miércoles. «La gente está muy confusa, así que está adelantando las compras», añadía una compañera. Un reponedor del centro también reconocía que estaba siendo un «no parar», aunque «nada que ver con el mes de marzo», así que no cree que se lleguen a ver los lineales vacíos. «Ni siquiera los del papel higiénico, esta vez estamos preparados», afirma jocoso al recordar ese misterio aún por resolver que dejó estanterías sin este producto.
En los supermercados, la impresión de sus empleados también es de que se han acelerado las compras. Lo confiesa una trabajadora de Gadis, mientras completa algunas estanterías de galletas en las que había huecos. «Leche y galletas, lo que más se está notando», explica e insiste en que «no hay desabastecimiento, hay productos de sobra en el almacén pero, si llegan dos clientes y cargan más de lo normal, hay que reponer». Las cajas tampoco paran y, mientras pasa una botella de vino por el escáner, la operadora suspira: «Sí se nota,sí; espero que no pase lo de marzo».
Ídem en un Mercadona del centro, donde sus empleados confirman un incremento de la actividad y, sobre todo, el continuo repetir de los clientes de si se abrirá a partir del viernes. El «por si acaso» también está siendo una más que poderosa razón ante la incertidumbre que existe en la ciudadanía por el continuo goteo de restricciones que, para más «inri», en cada comunidad autónoma se aplican de una forma y a una hora distinta.
De momento, con la hostelería definitivamente cerrada este fin de semana y el llamamiento de las autoridades, casi súplica, a no salir de casa, la cena en el hogar parece ser la única opción y, ahí, los establecimientos de alimentación tienen su baza, como también la tienen los restaurantes que oferten sus manjares para llevar.
Las tiendas rurales
También las pequeñas tiendas del mundo rural están viendo cómo sus ventas y su actividad ha aumentado notablemente en los últimos meses. Las reiteradas peticiones a limitar los desplazamientos, especialmente a la población de más edad, está permitiendo que los comercios de los pueblos se hayan convertido en el principal punto de abastecimiento de los vecinos, que han dejado de trasladarse a los municipios más grandes para realizar sus compras. La pequeña tienda vuelve a tener su encanto y se vuelve a demostrar cómo con la pandemia el medio rural tiene sus ventajas.
Pero no sólo en la alimentación se notó ayer más movimiento ya que el pequeño comercio -que no sufrirá restricciones- tuvo también una pequeña alegría, aunque fuera gracias al efecto rebote, y los clientes se mostraron más activos, algo que en un otoño gris de muy pocas ventas, casi pareció un espejismo para los comerciantes. Hay que tener en cuenta que el pequeño comercio podrá abrir sin restricciones, no así las tiendas que se encuentran dentro de las grandes superficies comerciales, en las que tienen cabida las principales marcas de moda.
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