La «compasión» deja en «papel mojado» las penas a hijos que pegan a sus padres

Así lo recoge la Memoria anual de la Fiscalía de Castilla y León, que alerta de que un «malentendido sentido de la piedad» lleva a los padres víctimas de malos tratos a no querer «perjudicar» a su hijos. En consecuencia optan por silenciarlo o «aguantar», lo cual el Ministerio Público comprende que sea una «consecuencia ineludible» de su «deber de educación». Por ello, entendiendo como «lógicas» esas reticencias a demandar a sus pequeños, llama a «amparar» a los progenitores en el «ejercicio responsable del derecho de corrección» .

De entre esos casos, la Fiscalías contabilizó hasta 152 infracciones de violencia doméstica provocadas por menores en el pasado 2016, de acuerdo con la memoria anual recientemente publicada. Éstas presentan un descenso en diez supuestos respecto al año pasado, siendo el tipo de delito grave más común en ese ejercicio entre los castellano y leoneses que aún no habían alcanzado la mayoría de edad.

El perfil del maltratador «no tiene parámetros uniformes» . Proceden de familias de nivel social y económico alto y bajo y en «muchos casos» ésa es su única actividad delictiva. Las fiscalías de León y Valladolid coinciden en señalar como «normal» o «probable» que tras los golpes exista algún «problema de adicción» o un trasfondo de enfermedad mental. En estos casos, reconocen que «lo que buscan los padres al denunciar es casi siempre que su hijo sea tratado, no que se le castigue penalmente», por lo que se insta a «llamar la atención» de los poderes públicos para proporcionar a estos núcleos familiares una prestación «más amplia».

Más allá de las agresiones en el ámbito familiar, la criminalidad en menores se redujo considerablemente así como la gravedad de sus infracciones. En este sentido, disminuyeron en un 38 por ciento los delitos y en un 29 los delitos leves y las faltas. La inmensa mayoría son contra el patrimonio y las personas , y representan estos supuestos un volumen de casos cuatro veces superior al de la violencia doméstica.

Destacan entre las principales infracciones cometidas por menores las lesiones y los robos con violencia , así como otras relacionadas con las nuevas tecnologías, que salvo los «ocasionales hackers» menores de edad, prácticamente consisten en injurias y calumnias, coacciones o amenazas, acosos, posibles descubrimientos o revelaciones de secretos, algunas estafas y tenencia y difusión de material pornográfico, según recoge la Memoria de la Fiscalía de 2016.