Castilla y León sigue a la espera de sus refugiados

Desde el mes de septiembre han sido bastantes las administraciones que han creado comisiones y mesas de trabajo para organizar la llegada de desplazados, sin que, tras esa primera reunión constituyente, hayan podido realizar trabajo alguno. Es el caso, por ejemplo, de la Mesa de Seguimiento sobre la acogida a refugiados integrada por representantes de la Junta, la Delegación del Gobierno, las Federación Regional de Municipios y Provincias y las ONG Accem y Cruz Roja. Desde su creación el 16 de septiembre, no se ha vuelto a producir ningún encuentro, entre otras cosas porque no hay nada que organizar ni coordinar. No es la única. En ayuntamientos como el de Salamanca, la comisión creada para tal fin se ha quedado, por el momento, sin contenido.

Lo cierto es que tras la marea de solidaridad de los meses posteriores al verano, con la que se respondía a la crisis de refugiados -la imagen del niño sirio muerto tendido en la arena consiguió mover las conciencias de las autoridades europeas- la situación ha vuelto a entrar en barrena y nada se ha movido para realojar a las miles de personas que intentan huir de sus países en guerra, Siria, principalmente. El responsable de Accem (Asociación Comisión Católica Española de Migración) en Castilla y León , Daniel Duque, mira hacia Europa como primera responsable de lo poco que se ha hecho en las últimas semanas. El aumento de los controles, como consecuencia de los atentados de París y la creciente sensación de inseguridad derivada de los actos terroristas, está bloqueando las salidas organizadas hacia sus países de destino. Un segundo factor que ha venido a ralentizar la llegada a España de refugiados, según Daniel Duque, es, precisamente, la paralización de la propia administración central como consecuencia de las elecciones generales, una situación que se puede prolongar aún más, dado el panorama político actual. Precisamente, el responsable de Accem se lamenta de que la dramática realidad de los refugiados no haya estado en los discursos de los candidatos, que han preferido pasar de puntilllas por un asunto que puede resultar incómodo para muchos.

«No se ha hablado de ello y eso ha sido un déficit de la campaña», insiste. Lo cierto es que las ONG y las propias administraciones tienen desde hace tiempo preparados todos sus recursos y protocolos para la recepción de refugiados. Desde Cruz Roja, su coordinadora en Castilla y León, Eva María Fernández, asegura que su organización está lista para las llegadas, si bien se ha venido trabajando sobre la idea de que se podían producir a partir de la segunda quincena de enero. No obstante, asegura que a día de hoy nada se sabe ni del número de personas que pueden llegar ni de las fechas. «Estamos preparados», insiste, y para ello disponen actualmente de plazas de alojamiento que, no obstante, se pueden ir ampliando en función de las necesidades. Cuentan también con los equipos de intervención necesarios para trabajar por la integración de los desplazados, siempre con el objetivo de «hacer una buena acogida, un buen diagnóstico y y comenzar con la integración». Una labor en la que llevan mucho tiempo trabajando, como lo demuestran los 50 refugiados (procedentes de otras muchas partes del mundo) que Cruz Roja acoge actualmente en Castilla y León y que se encuentran ya en una fase de integración muy avanzada. Recuerda, en este sentido, que «nuestro gran reto es la integración, porque se van a quedar mucho tiempo con nosotros».

También la vicepresidenta de la Junta, Rosa Valdeón , encargada de la coordinación de las actuaciones relacionadas con la llegada de refugiados, se lamenta de que se haya paralizado el proceso y culpa a «una Europa que ha bloqueado las llegadas al intensificar los controles». Y es que, insiste, «en Castilla y León estaban en marcha todos los mecanismos y ya habíamos inventariado los recursos de los que disponemos». «Se nos cae el alma a los pies y nos preguntamos qué ha pasado para que parezca que lo hemos olvidado todo», reflexiona la vicepresidenta de la Junta, mientras recuerda aquella fotografía del pequeño sirio varado en la playa que conmovió al mundo.

Y mientras, se cuentan por miles las personas que huyen de la guerra y de la pobreza en busca de un futuro mejor o, simplemente, para mantenerse con vida. Este año casi un millón de desplazados han intentado llegar a Europa, según Acnur, la Agencia de la ONU para los refugiados. Muchos miles han perecido por el camino.