Camareros, vendedores y monitores, principales salidas de las carreras de letras

Sin embargo, a pesar de este panorama, el estudio concluye con una serie de recomendaciones orientadas, sobre todo, a prestigiar estos conocimientos sobre la base de que tienen un enorme potencial pero, al mismo tiempo, precisan de un cambio de mentalidad. Este objetivo debe pasar por una mayor comunicación entre el mundo empresarial y el académico, por la adaptación de los contenidos educativos y por el apoyo al emprendimiento. Son las tres recomendaciones del coordinador del informe, Luis Carro, para quien hay que considerar las carreras de arte y humanidades como un potencial de Castilla y León enmarcado en la conservación de un rico patrimonio. «Las humanidades tienen una gran versatilidad», insistió Carro, al tiempo que destacó la necesidad de «apostar por el conocimiento integral» y «alejarse de patrones demasiado encasillados» en los estudios.

Así las cosas, el documento arroja otros datos como que el 75,3 por ciento de las empresas encuestadas no ha contratado nunca a trabajadores con esas titulaciones o que el mayor número de los egresados castellano y leoneses que trabajan en el extranjero procede de los grados de Arte y Humanidades. De hecho, casi uno de cada cuatro titulados empleado está fuera de las fronteras nacionales.

A pesar de todo, responsables de la Junta, como el consejero de Educación, Fernando Rey, y la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, coincidieron en el citado potencial de las ramas de ciencias sociales, arte y humanidades, si bien es necesaria una reorientación tanto en la planificación de los propios estudios universitarios como en la percepción que de ellos tiene la sociedad. Así, Rey insistió en la necesidad de abandonar «planteamientos infantiles y abrir la mente», frente a las clásicas diferencias que se plantean entre las carreras de letras y las de ciencias». «La distancia entre las ciencias y las humanidades no puede ser tan grande», señaló, al tiempo que alabó el gran nivel y potencia que tienen estos estudios en la Comunidad. A su juicio, los estudiantes de estas ramas «son versátiles» y tienen «la cabeza bien amueblada» pero «su futuro laboral pasa por formarse en otras competencias, sobre todo en idiomas, digitales, o trabajo en equipo». «Si uno sigue por el carril antiguo, difícilmente vamos a poder mejorar», afirmó el consejero de Educación, quien lamentó que se sigan manteniendo planteamientos de que las letras aportan valores «más sublimes y más inútiles» y las ciencias permiten encontrar un empleo con más facilidad. En términos parecidos se manifestó la consejera Pilar de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, para quien «la titulación es un requisito que está ahí, pero ahora son más valoradas competencias como la digital o los idiomas». Es más, recordó que en bancos ingleses se están seleccionando a licenciados en filosofía para puestos financieros, ya que es después la empresa la que facilita la formación necesaria.

Este aspecto también aparece recogido en el estudio, en el que se analiza el mercado laboral de la Comunidad desde 2008 a 2016 en lo que se refiere a la empleabilidad de 181 titulaciones de ciencias sociales, arte y humanidades que ofrecen las cuatro universidades públicas (Burgos, León, Salamanca y Valladolid). En el análisis se detalla cómo las empresas castellano y leonesas exigen como principales competencias/habilidades a los titulados para poder desempeñar su actividad la gestión y administración de sus tareas y tiempo, en un 18,3% de los casos; conocimientos técnicos específicos (14,4%), atención al cliente (12,2); trabajo en equipo (10,6) y resolución de conflictos y negociación (7,8%). Y conocida la realidad, el estudio incluye una serie de recomendaciones orientados a los cuatro pilares: la administración, las universidades, las empresas y los estudiantes. Así, se apuesta por que las administraciones públicas creen y desarrollen políticas de empleo en humanidades y ciencias sociales, se adopten medidas contra el intrusismo laboral que padecen estas salidas profesionales y la Junta contemple la formación en estas materias como uno de los componentes de la riqueza patrimonial y cultural de la Comunidad.

También se sugiere actualizar la normativa sobre la orientación para elegir los estudios que se debe fundamentar en los intereses y competencias de las personas. A las universidades se recomienda dar a conocer las competencias transversales de estos titulados a través de las prácticas en empresas y ajustar las salidas profesionales a los planes de estudio además de potenciar el emprendimiento.

El documento incide en la necesidad de que las empresas se acerquen a la universidad y tengan un sistema de información actualizado sobre las competencias de los universitarios. Por último, se incluye una serie de recomendaciones para que los estudiantes de ESO y Bachillerato sean los protagonistas de su elección académica en base a sus intereses y su capacidad.