Compran pistolas eléctricas tras la agresión a un policía local

Pero dos intervenciones complicadas durante el estado de alarma en Cedillo del Condado han precipitado la compra. Una acabó en el suelo con el detenido y los policías que participaron en su arresto. El hombre se saltaba todos los días el confinamiento, bebía en la calle y molestaba a los vecinos. No quería irse a casa y, ante la reiteración, los agentes decidieron detenerlo. La acción fue grabada por algunos ciudadanos y el vídeo se hizo viral por WhatsApp.

La otra intervención sucedió en abril, después de un accidente de tráfico, a las once de la mañana, en el límite de Cedillo con Lominchar. Tres individuos se fugaron en uno de los dos vehículos implicados. Abandonaron el coche después y siguieron su huida a pie, para esconderse detrás de una nave de un polígono industrial.

Localizados por la Policía local, uno de los agentes recibió un puñetazo de uno de los fugados en un ojo. Los tres fueron detenidos después de dar positivo en los test de alcoholemia y de drogas , además de que el conductor no tenía carné y el vehículo circulaba sin seguro obligatorio.

Los dos incidentes fueron los detonantes para que los ayuntamientos reaccionaran finalmente. El de Cedillo compró la primera pistola eléctrica y la que ha adquirido el consistorio de El Viso llegará en septiembre. « Todavía no hemos usado el arma , que es muy fácil de manejar: una descarga eléctrica, se reduce al individuo y se le pone los grilletes», explica Gil.

«Los dos ayuntamientos están apostando por la seguridad y los dos alcaldes se portan muy bien», dice el jefe de la Policía local de Cedillo. Y eso que los regidores son de distinto signo político: el alcalde de El Viso, José Manuel Silgo Navarro, del PSOE, y el de Cedillo, Luis Andrés Martín Carrasco, de Ciudadanos.

Además de las pistolas, los consistorios han comprado un coche cada uno, para dar de baja dos vehículos policiales, uno de 16 años de antigüedad y otro de 20. Cedillo también ha incorporado un agente y El Viso sumará otro a final de año, con lo que la plantilla mancomunada alcanzará los 10 agentes, según el plan previsto. «En estos ayuntamientos todo va al cincuenta por ciento en seguridad», asegura Gil. «La cosa funciona muy bien, y que dure mucho tiempo», desea.