'Descalzas': el valor social del teatro
El espectador toledano, que es muy educado y está bastante fidelizado con el teatro, tiene ya afinado el criterio y sabe qué es aquello que ve, y no es fácil que confunda collejas con acelgas o espinacas. Y el teatro clásico es lo que es y merece un respeto
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Iniciar sesiónLo primero que hay que significar es que Teatro YESES nace en 1985 en la antigua cárcel de mujeres de Madrid, la de la calle Yeserías (de ahí le viene su nombre); pasando luego a la prisión de Carabanchel Mujeres y, en ... la actualidad, en el Centro Penitenciario de Madrid I Mujeres en Alcalá de Henares. Desde el primer momento quisieron hacer algo más que un mero taller carcelario. Se trataba de inaugurar una experiencia nueva que tuviese continuidad y coherencia en sus planteamientos, que debían de ser lo más parecido posible a los habituales del mundo libre. A partir de entonces se han desarrollado numerosos montajes.
Descalzas es la última puesta en escena de la compañía formada por reclusas, cuyo texto nos remite a la figura de Santa Teresa de Jesús, a la que con este espectáculo se ofrece un homenaje y un reconocimiento a sus valores.
El texto hilado con pequeños monólogos y leves diálogos suma una serie de escenas que componen un puzle con algunos de los tópicos relacionados con Teresa de Jesús. En la dramaturgia se incluye como elemento recurrente el humor, que unido a una Teresa siempre sonriente, crea una imagen positiva sobre el eje de la obra, que viene a ser la ocultación en el convento de Juan de la Cruz, huido de los carmelitas calzados, el enfrentamiento de Teresa con el intruso Jerónimo Tostado, el visitador de la orden que quiere imponer su opinión y al que se opone la prudente y con los pies en el suelo Teresa, y la relación del convento con la reciedumbre de la poderosa princesa de Éboli. En el desarrollo de la trama se van representando también unos variados tipos de monjas. Digamos que, sobre el tapiz de lo histórico, se monta una pieza sencilla, con escasas pretensiones dramáticas, para que pueda ser bien representada por un elenco tan especial. La obra plantea la paradoja que supone que un grupo de mujeres enclaustradas en el siglo XVI son más libres en sus vidas que si estuvieran fuera del claustro, donde estarían a merced de la voluntad de sus maridos (posiblemente casadas a la fuerza con el candidato elegido por sus padres, por interés y sin la aprobación de la interesada).
El gran valor de la función, más que en la pieza y su contenido, reside en la función sociocultural y terapéutica que conlleva. Luego podemos traer a colación todas las simbologías que queramos: la idea de la mujer libre y con criterio que representa la carmelita fundadora, la idea del encierro en el convento y las relaciones que se establecen entre las monjas dentro del claustro, el toque feminista de la mujer que defiende su parcela vital sobre el hombre opresor, el acuerdo con el poder como solución en vez del enfrentamiento. En suma, que sobre el escenario hay unas actrices no profesionales que, tras prolijo trabajo de dirección de Elena Cánovas, sacan adelante sus papeles con la fuerza de sus almas y de su ilusión por este proyecto, más que con la teatralidad de una formación profesional y una trayectoria actoral.
Al espectáculo Descalzas se le quiere dotar de un toque de comedia, en la que tan importante es que se divierta quien actúa como quien ve la representación, pero se nota mucha falta de vis cómica. La inclusión de la música, aunque no tenga referencia en el tiempo teresiano, también es un detalle que da ritmo al desarrollo de la acción. Es una lástima que el excesivo volumen de la música grabada oculte las voces y no puedan disfrutarse los poemas cantados a coro. Aún así, demuestran carácter y verosimilitud las actrices que realizan el papel de Teresa y de la Éboli, esta interpretada por quien dobla personaje también de monja. Los dos papeles masculinos, sobre todo, el del visitador Tostado, está tratado quizá demasiado histriónicamente como un gracioso de comedia. Poco creíble es también la creación que se hace del místico Juan de Yepes (San Juan de la Cruz) vestido de una manera asaz cómica.
Es de agradecer que proyectos como el de Teatro Yeses sigan adelante y que se representen en público en un contexto adecuado. La obra la veo en una programación fuera de ciclo entre lo que ofrece el Rojas, pues incluirla en la muestra de Teatro Clásico me parece una incoherencia supina: no es teatro clásico ni en el fondo ni en la forma, por más que trate sobre el personaje del Siglo de Oro Teresa de Jesús. Creo que no vale todo; el teatro clásico no es un saco en el que cabe cualquier cosa, ya lo suba a las tablas la Compañía Nacional de Teatro Clásico o una compañía de aficionados. El espectador toledano, que es muy educado y está bastante fidelizado con el teatro, tiene ya afinado el criterio y sabe qué es aquello que ve, y no es fácil que confunda collejas con acelgas o espinacas. Y el teatro clásico es lo que es y merece un respeto.
Ficha técnica
Título: Descalzas. Autor: Julieta Soria. Compañía: Teatro Yeses. Dirección: Elena Cánovas. Intérpretes: Alba María García, Mónica Liso, Ana Rosa Pretell, Daliris Sánchez, Isabel Sevillano, Genny Barbosa, Cristina Cobaloda, Carolina Aller, Pablo Alvera, y Rubén Cobos, voz en off Máximo Pradera. Música: Juan Cañas y Pablo Alvera. Escenografía: Richard Cenier. Vestuario: Fran de Gonari. Iluminación: Jorge Nuevo. Escenario: Teatro de Rojas, Toledo.
Escritor, poeta. Licenciado en Filosofía y Letras. Catedrático de Enseñanza Secundaria de Lengua Castellana y Literatura.
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