De viaje con Cela por España

Las ventajas de Marquina para afrontar esta tarea son evidentes: de un lado su abundantísima documentación, no sólo de libros, sino de prensa y todo tipo de documentos; pero sobre todo su largo vínculo de amistad con Cela por quien sabe de primera mano hechos, opiniones, sucedidos, posicionamientos y debates. Y al margen de ello, su agilidad a la hora de transmitirnos todo ello; su olfato periodístico le hace resumir muy bien, entresacar la anécdota más jugosa, o buscar la cita adecuada -de Cela o de otros- para ratificar lo que no está contando.

Y lo hace además desde una perspectiva solvente y honesta; admirador de los trabajos de Camilo José, no cae nunca en la adulación fácil , sino que busca contrastar sus afirmaciones con citas de tercero que las hacen creíbles y verosímiles.

Por su puesto se puede estar o no de acuerdo con los diversos pronunciamientos y actitudes de nuestro premio Nobel, pero su envergadura en la narrativa, su obra viajera y miscelánea, la investigación del lenguaje español , y su apoyo, en muchas maneras, a la creación cultural a lo largo de varias décadas no pueden dejarnos indiferentes.

Este libro, concebido a modo de una enciclopedia celiana, aborda infinidad de aspectos relacionados con nuestro personaje: s u idea de España, sus criterios literarios, su afición a los viajes como modo directo de conocer la realidad sin intermediarios; por supuesto el análisis de una de sus grandes creaciones, como es su Viaje a la Alcarria, realizado en 1946, etc. También nos habla García Marquina de otro texto mucho menos conocido que es «La Mancha en el corazón y en los ojos» perteneciente a su libro Páginas de geografía errabunda (de 1965).

Uno de los valores primordiales que para Cela tenían los viajes (y Cela recorrió varias veces España de uno a otro confín) es el contacto directo con el lenguaje hablado en cada lugar ; las variantes del castellano en los distintos territorios y la pervivencia de palabras a punto de extinguirse que él anotaba y estudiaba. «Mi propósito era -nos dice Cela en un momento dado- conseguir un castellano de raíz popular que, apoyándose en la lengua hablada y no escrita, pudiera servir de herramienta a mis fines».

También analiza García Marquina en este libro la creación por Cela de su propio personaje que, en efecto, llegó a superar las cotas de fama reservadas a cualquier otro escritor. Para Cela el escritor no tiene que vender sólo sus libros, sino venderse a sí mismo como producto; esto es lo que practicó Cela con ahínco, sobre todo en la segunda parte de su vida pública.

Estamos, en definitiva, ante una aproximación al literato, el hombre, al creador y al provocador que fue Camilo José Cela, visto por los ojos de alguien que le conoció muy bien a lo largo de buena parte de su vida y que sabe contarlo con maestría .