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Beatriz Villacañas - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Lugar para el reencuentro (64): Lo inexorable

La poesía nos salva del todo para nada y nos lleva a la nada para todo

POR BEATRIZ VILLACAÑAS

La muerte en la poesía, la muerte y la poesía, la muerte: inseparable de la vida y de la poesía . Los poetas auténticos, los grandes, miran siempre a la muerte, al tiempo y sus estragos. También lo hacen los otros, pero quizá sea el tema de la muerte, la forma de tratarla en poesía, lo que distinga al poeta auténtico del que la usa como mero instrumento retórico, lo que diferencia la sensibilidad poderosa de la meliflua.

Poetas como Dante , Quevedo , Jorge Manrique , Baudelaire , Edgar Allan Poe , Leopardi , Miguel Hernández , Juan Ramón Jiménez , Shakespeare , Keats , Yeats (que se dice a sí mismo un ser tied to a dying animal / atado a un animal moribundo), Novalis , los Místicos, Roy Campbell , Emily Dickinson , Emily y Anne Brontë, Juan Antonio Villacañas , Hilario Barrero , y, sin duda, muchos más, son vigorosos, miran a la muerte cara a cara , aunque desde perspectivas muy distintas: unos desde la seguridad en su fe, otros aferrados a sus dudas que, paradójicamente, los salvan y los mantienen a flote, otros con desgarro, otros con deseo, del que es paradigma el «muero porque no muero», de Santa Teresa, pero todos con el vigor de lo auténtico. Con valentía, con energía creadora:

Quien conozca al Hilario Barrero poeta y diarista , sabrá de la ausencia de sentimentalismo en lo que escribe, de la total ausencia de concesiones a lo blando. Dureza, puede decirse que a veces encontramos en los diarios y varios poemas de Hilario Barrero, pero es la dureza de quien no vende su propia percepción del dolor por un puñado de palabras de consuelo. En eso, es implacable . Como implacables son estos versos de Villacañas :


con el roce infinito de la muerte,

Nos morimos y basta

y algunos tienen suerte,

llegan con el espíritu muy fuerte.


El poema, el poema del poeta verdadero, del que nunca se recrea en lo patético, y, mucho menos, escribe desde un sentir impostado, ese poema es siempre un reto de permanencia . La poesía salva, nos salva de nuestras mismas dudas con respecto a la poesía, nos salva del todo para nada y nos lleva al nada para todo, nos salva de la materia misma y de su ineludible decadencia.

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