Invisible en la piedra

Ahora, el pretexto para seguir pensando y creando poesía son los minerales y las piedras , especialmente aquellas que «pueden transformarse en gemas para hacer joyas o cualquier ornamento». El libro recorre tres caminos, el de las piedras preciosas, el de las piedras del volcán (basalto, obsidiana...) y el de los materiales orgánicos que se transforman en joyas como el ámbar, el azabache o las perlas. «Las piedras son bellas cuando están en la roca madre pero sobre todo me gustan cuando ya están talladas por el hombre, cuando se les imprime ese valor de cambio y siempre con la belleza como base y el valor de la escasez», explica Ricas. Entonces, con las piedras como argumento, la autora las transforma en poemas o inventa historias basadas «en esos elementos que han acompañado al hombre a lo largo de toda su historia». Porque las piedras «representan el tiempo de la tierra, el origen del hombre y nuestro propio tiempo . Lo que nos da sostén casi siempre está en cambio», subraya.

Hay poemas en prosa donde María Antonia Ricas Ricas cuenta pequeñas historias íntimas , y habla de su familia, su padre, su madre, su hermana fallecida...o de asuntos de actualidad como el maltrato: «Ella, una mujer sin nombre, pisó el regalo de la mariposa cuando consiguió levantarse para ir al hospital. Dicen que la mariposa de jade es el amuleto infalible del amor. Ella no necesitaba tantísimo amor amoratado en brazos y piernas, al menos no ese amor que le arrancó dos dientes de un golpe».

«Hidrófano» es el breve poema que da nombre a la obra:

Invisible en la piedra

el deseo transparente en el agua

su pericia al nadar: es un pez de hambre