Merecido homenaje

Tuve amistad con Beato en contacto teatrales de la juventud, dado que el ahora homenajeado dedicaba mucho de su tiempo libre a formar actores dentro de las inquietudes de la afición en el espacio de la ciudad.

Y Beato conocía el tema a la perfección, dado su bagaje intelectual, con muchos años de lectura, que posibilitaba bajo su dirección un movimiento escénico que dejó huella, y que todavía se recuerda con loables sentimientos por aquellos que tuvimos la oportunidad de actuar bajo las candilejas asumiendo sus directrices, cargadas de vocacional entrega y exigencias muy profesionalizadas.

Le recuerdo especialmente en las horas de dirección de la obra «Cinco historias y un alma», estrenada en el Teatro de Rojas el 1 de marzo de 1963, y donde formaban parte del reparto Manuel Romero Carrión, Francisco Vaquero, Goyo Nuñez, Celestino del Pino, el que esto escribe y la actriz argentina Idelma Carlo. La oportunidad fue patrocinada por la Diputación Provincial de Toledo. El lleno fue total en la fecha de presentación y las crónicas de aquel entonces se volcaron positivamente en la labor llevada a cabo por Pepe Sánchez-Beato, quien supo coordinar un grupo de aficionados -todos de Toledo-, más la incorporación de Idelma Carlo, que fue contratada dada las peculiaridades de su personaje, que hacía obligado un cariz muy específico para el papel que representaba.

Desde aquí, mi felicitación a la Corporación municipal por honrar la memoria de un hombre bueno, toledano de pro, que ejerciendo la cátedra de Literatura supo también ilusionar a la totalidad del alumnado que pasó por su prestigiada aula. Se lo merecía.