A Benjamín Palencia
El pintor de los poetas de la Generación del 27
El 21 de marzo celebramos el Día Mundial de la Poesía en un año de conmemoraciones y centenarios de poetas y pintores. Por un lado, se conmemora el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, y hace escasas semanas se cumplían 30 años del fallecimiento de ... unos de los artistas plásticos españoles más destacados, Benjamín Palencia, un artista grande y reconocido a nivel internacional, un pintor de Castilla-La Mancha, de Albacete, nacido en Barrax, tierra a la que siempre amó y en la que hoy descansan su restos gracias al interés, recuerdo y cariño de un grupo de amigos, muchos de ellos barrajenses, que quisieron traer a su tierra, a su pueblo, al ilustre paisano.
Benjamín Palencia es un pintor imprescindible para entender las vanguardias pictóricas en la España del siglo XX. Benjamín Palencia pintaba con el alma en el pincel, sus cuadros están impregnados de vida y constituyen una historia de sus sentimientos. Su obra se caracteriza por dos elementos: pasión y libertad, una libertad creativa que le llevaba a indagar, siempre prendido a las huellas de las tierras de labranza, donde pisa el arado, la mula y la perdiz. De su pasión expresiva diría Ramón Faraldo: «Benjamín Palencia, el fuego…el don de hacer fuego con todo, huella de liebre, piedra de granito, lo que el viento se lleva y no pudo llevarse».
En Madrid conoció a Dalí, Alberti, García Lorca, Cossío o Juan Ramón Jiménez, y en París a Picasso y Miró. Junto al escultor toledano Alberto Sánchez, creo la Escuela de Vallecas de la que formaron parte grandes artistas como Gregorio del Olmo, Francisco Arias, Agustín Redondela, Maruja Mallo o el valdepeñero Gregorio Prieto.
Es considerado el pintor de los poetas de la generación del 27 por sus múltiples colaboraciones y trabajos en común, por eso hoy, día de la poesía, es una buena ocasión para recordar la íntima relación de la literatura con la pintura, de la simbiosis de poesía y plástica, y no sólo recordar y escribir, también reconocer al artista, al hombre que nunca olvidó su pueblo, sus raíces, la tierra que le sirvió de inspiración creativa y de renovación estética, la tierra a la que siempre amó, a la que quiso volver y donde hoy descansa.
A Benjamín Palencia le fueron concedidos muchos galardones y premios, entre otros, la Medalla de oro de la provincia de Albacete, es hijo predilecto de Albacete, la medalla de oro de la provincia de Ávila, la Medalla de oro al mérito de las Bellas Artes…, pero Castilla-La Mancha le debe un recuerdo y un reconocimiento, por ello, y coincidiendo con el treinta aniversario de su fallecimiento, el pasado jueves día 18 como presidenta del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha pero también como albaceteña, he solicitado a la Junta de Comunidades la concesión de la Medalla de oro de Castilla-La Mancha a título póstumo para Benjamín Palencia.
Y como todos los reconocimientos son necesarios por el trabajo bien hecho y por los logros conseguidos, quiero felicitar especialmente hoy, en su día, a Rubén Martín, un joven poeta albaceteño ganador de uno de los más prestigiosos premios de poesía española: el premio Adonáis 2009 que el martes pasado recogía en Albacete. Dicen unos versos de Rubén en su poema Esas pequeñas cosas, «La vida es generosa si sabes darle el trato que merece», una buena reflexión.
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