Leonor y Sofía, claves para la regeneración de la Monarquía

Aquel día la Princesa de Asturias cumplía 18 años y se comprometía «solemne, formal y públicamente con nuestros principios democráticos y con nuestros valores constitucionales –dijo–, que asumo plenamente»: «He contraído una gran responsabilidad con España ante las Cortes Generales, que espero corresponder con la mayor dignidad y con el mejor ejemplo».

La Princesa aseguró que ella se debe «a los españoles», a quienes servirá «en todo momento con respeto y lealtad». «No hay mayor orgullo», afirmó. Apuntó, además, que esa mañana había sellado también su compromiso con el Rey al jurarle fidelidad «no solo a su persona, sino también a lo que la Corona simboliza y representa: la unidad y permanencia de España».

Doña Leonor reconoció que tenía muy presentes las palabras que su padre le había dicho cinco años antes, en enero de 2018, cuando tenía 12 años y el Rey le impuso el Toisón de Oro: «Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola, servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional».

El día de la jura de la Constitución, la Heredera al Trono protagonizó el acto más importante de su etapa como Princesa de Asturias. Consciente de la relevancia que implicaba su discurso, Doña Leonor se descubrió ante los españoles como una joven con un aplomo y serenidad propios de una persona adulta, sabedora de sus responsabilidades y deberes constitucionales.

En 2019, un año después de recibir el Toisón de Oro, la Princesa Leonor ya comenzó a manifestar algunos rasgos de su personalidad, pausada y reflexiva. También de su prudencia, sensatez y amabilidad. En octubre de ese año la Heredera dio su primer discurso institucional en Oviedo, durante la entrega de Premios Princesa de Asturias. Desde entonces y hasta el pasado 21 de mayo, cuando recibió la Medalla de Aragón en Zaragoza –la ciudad a la que ella agradece su cariñosa acogida durante su primer año de formación castrense en la Academia General Militar–, la Princesa ha pronunciado un total de 15 discursos.

El primer acto en solitario de la Heredera fue el 24 de marzo de 2021, por el 30 aniversario del Instituto Cervantes. Desde entonces, ha asistido a 50 actos: 26 con sus padres y su hermana, cuatro con los Reyes, diez con la Infanta Sofía, uno en presencia de sus padres y ocho en solitario. En todos ellos se han percibido sus intereses por las letras, la ciberseguridad, el medioambiente, la ayuda humanitaria y el desarrollo y la innovación.

A finales del próximo mes de agosto la Princesa Leonor ingresará en la Escuela Naval Militar de Marín, en Pontevedra, donde iniciará su segundo año de formación militar. Al terminar Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College, de Gales, la Princesa Leonor siguió los pasos de su padre y priorizó, como futuro «mando supremo» de las Fuerzas Armadas –tal y como establece la Carta Magna–, su formación militar. Cuando termine, estudiará una carrera universitaria.

Aunque poco a poco irá teniendo más responsabilidades institucionales, no se espera que tenga una agenda institucional completa hasta que termine su formación académica. Contando con que continúe los pasos de su padre, existe la posibilidad de que estudie un máster en alguna universidad fuera de España, por lo que todavía tiene por delante siete años de estudios y preparación.

Desde la Casa de S. M. el Rey, mientras tanto, trabajan en la puesta en marcha de la Secretaría de la Princesa de Asturias, que arrancará cuando Doña Leonor se incorpore a la institución a tiempo completo y perciba una asignación económica, que saldrá de los presupuestos de la Corona. Esta es una de las prioridades de Felipe VI, quien además de cumplir y hacer cumplir todo lo expresado en su discurso de proclamación de hace diez años, tiene la misión de concluir la regeneración de la Monarquía, para la que Doña Leonor juega un papel fundamental.

En tiempos convulsos para la Monarquía, la primogénita de los Reyes representa la continuidad de la institución y la conecta con las jóvenes generaciones, que la ven como una mujer comprometida con los deberes y obligaciones que le impone su destino. Y que a su corta edad, en lugar de abrumarse por la responsabilidad que todo ello conlleva, da pasos al frente en sus obligaciones y se esfuerza cada día en aprender para representar en el futuro la más alta magistratura del Estado.

En este proceso también es clave el papel de la Infanta Sofía. La relación entre Doña Leonor y su hermana es muy estrecha. Desde pequeñas han asimilado la condición de cada una y, aunque tienen personalidades muy distintas, están muy unidas y cuentan la una con la otra. La Infanta ha estado presente en todos los actos importantes que ha tenido su hermana. Este año siguió los pasos de su hermana y se encuentra estudiando también en Gales, pero no se ha perdido las citas importantes de su hermana, como la última entrega de los premios Princesa de Asturias o la jura de la Constitución. No pudo acompañarla en la jura de bandera en la Academia General Militar, pero la siguió desde el internado y habló con ella nada más terminar.

De la Infanta Sofía se espera una colaboración activa y sólida a la hora de acompañar a la Princesa Leonor en las funciones de representación de la Corona. Se desconoce si seguirá los pasos de su hermana en la vida militar, pero lo que sí se sabe es que empieza a dar sus primeros pasos en solitario en la agenda institucional de la casa y el próximo mes de octubre presidirá su primer acto en solitario, cuando entregará unos premios de fotografía impulsados por Patrimonio Nacional.

La sociedad española contempla el crecimiento y evolución de la Princesa Leonor en cada una de sus apariciones públicas. Su primer año en la Academia General Militar le ha permitido ganar autonomía y seguridad. En Zaragoza también se ha velado por la privacidad de la Heredera, que ha podido disfrutar como una joven más de su tiempo libre en la ciudad. Son pocas las imágenes que han trascendido de ella saliendo de fiesta y tomando cervezas con sus compañeras de la Academia.

Mientras da sus primeros pasos en la vida adulta, los gustos y aficiones de la Princesa siguen siendo un misterio. Se irán descubriendo con el paso de los años y cuando sus obligaciones institucionales asomen detalles de su vida privada. Como ocurrió a finales del año pasado, cuando la Princesa quedó finalista en un concurso de esgrima entre escuelas militares y se supo que practica esta disciplina desde pequeña.

En esta privacidad han influido los Reyes. Desde que nacieron la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, han procurado evitarles la exposición a la que estuvo sometido Don Felipe desde pequeño. También han querido que sus hijas crecieran en un entorno familiar lo más estructurado posible, en el que ellas se sienten libres de opinar lo que quieren. Esto se ha replicado en los círculos familiares y de amistades que las dos frecuentan, donde se desenvuelven con normalidad. Al contrario de lo que siempre se ha dicho, no han estado aisladas. Todo lo contrario: los Reyes se han ocupado y preocupado de que sus hijas hagan planes fuera del Palacio de la Zarzuela, con ellos y con sus amigas, y que disfruten de su tiempo de ocio con libertad.

En este aniversario de Reinado, los monarcas pueden celebrar que la continuidad de la Corona está garantizada con dos herederas preparadas para los retos de su tiempo.