Los viticultores de La Geria alzan la voz
Las bodegas de la isla de Lanzarote tienen acumulado mosto de cosechas pasadas. La de este año, la primera que se realiza en España, en pleno mes de agosto, parece que puede se buena, así que va a sobrar uva y muchos agricultores no van ... a encontrar comprador.
El pasado viernes por la noche los viticultores y bodegueros artesanales, agrupados en la asociación Avibal, se reunieron en el centro sociocultural de Tao. En el cónclave, se expuso la situación y se llegó al acuerdo de enviar un escrito al Cabildo de Lanzarote solicitando que la Corporación insular compre todo el excedente de uva de este año.
El Cabildo conejero, la semana pasada, había manifestado su intención de comprar medio millón de kilos de uva pero los viticultores se preguntan qué es lo que va a pasar con el resto y cómo se va a elegir a quién se le compra la uva y a quién no.
Los viticultores, al menos algunos, estarían dispuestos a vender al Cabildo la uva por un precio menor si éste adquiere todo el excedente. Lo que ocurre es que el Consejo ya ha fijado el precio mínimo del kilo de uva a un euro, cuando el año pasado la media de compra fue de 1,20. En lugar de subir, el precio baja y los costes aumentan.
Los viticultores son la parte más débil de la cadena del vino. Mantienen el paisaje de La Geria a cambio, algunos años, de nada. Gastan dinero en la finca y en ocasiones, no es que no saquen beneficios, sino que ni siquiera cubren costes. Avibal pide que las bodegas fijen cada año el precio de la uva.
En Lanzarote primero se recoge la uva, después se fija el precio y más tarde se paga. Pero bastante tarde. Prácticamente todas las bodegas deben dinero a los viticultores por las cosechas del año pasado y de otros años.
«Difícil mantener la ilusión»
Así es difícil mantener la ilusión y no abandonarla finca, ya que si la finca se abandona el paisaje protegido de La Geria se deteriora.
«Una isla turística conlleva unos costes», dice Alberto López Peláez, enólogo y presidente de la asociación, señalando que las instituciones deben hacer un esfuerzo mayor para que no se abandonen las fincas de La Geria y deben ayudar a los viticultores,
En esta situación, si al final hay excedente y éste sobrepasa el medio millón de kilos, y el Cabildo lanzaroteño compra la uva, habría tres soluciones: que se tire la uva comprada, una solución poco popular; que la Institución insular conejera elabore vino, que no tiene dónde porque la prensa del complejo agroindustrial está estropeada; o que el Cabildo de Lanzarote haga un «plan renove», es decir, dé uva fresca a las bodegas a cambio de que éstas retiren el vino de otras cosechas que acumulan.
Esta solución parece la más viable y Avibal propone que sólo se puedan acoger a este plan aquellas bodegas que estén al día en el pago a los viticultores.
Nueva comercialización
El problema de fondo, en todo caso, sigue siendo que el mercado del vino de Lanzarote está por los suelos y que es necesario inventar una nueva comercialización para ampliar ese mercado.
El vino, fuera de la Isla, no es rentable, porque tiene un coste de producción y de transporte muy alto, y dentro no hay suficiente demanda. Por eso cuando hay excedente, las bodegas no elaboran todo el vino que quisieran.
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