«CC perdió la ocasión de gobernar en la isla por contentar a Rivero»

Fue en octubre del año pasado cuando CC decidió abandonar el grupo de gobierno. Antes, Fernando Bañolas, secretario general en la isla y hasta ese momento vicepresidente primero del cabildo, había sido degradado a vicepresidente tercero y sustituido por Juan Domínguez, del CCN, socio de la coalición nacionalista. «No nos echaron. Pasó lo que pasó porque Bañolas se dedicó a decir que “cuidadito con el PP, que puede romper el pacto en Gran Canaria”. Nosotros nos fuimos, y manifesté entonces mi disconformidad», recuerda Hernández Lobo, quien asegura que es a partir de ese momento cuando se convirtió en «persona non grata» para sus correligionarios.

El aún miembro de CC, al menos lo era todavía al cierre de esta edición, lamenta la estrategia de «imitación» que, a su juicio, siguió Bañolas, al que responsabiliza de lo sucedido: «Su estrategia es la misma que la de Rivero (presidente del Ejecutivo autonómico y dirigente honorífico de la coalición): la confrontación por la confrontación».

El consejero ahonda en su argumento y sostiene que el secretario general de los nacionalistas en Gran Canaria quiso «ganarse la confianza» de Rivero por la cercanía de los congresos insulares, de ahí que, según su razonamiento, intentase «contentar» a su líder. Para ello, y siempre según la versión de Hernández Lobo, aquel optó por reproducir el enfrentamiento que CC y PP mantenían (y aún mantienen) en las políticas estatal y regional en el ámbito local. «Los que detestan y denuestan al Partido Popular son los mismos que sustentan pactos en determinados municipios; en esos en los que el PP sí debe de ser bueno, porque esos acuerdos ni se cuestionan», subraya. Al respecto, el responsable del área de Cooperación Institucional en el cabildo grancanario (que no renunciará a su acta decida lo que decida CC y que afirma que no va a militar en ninguna otra fuerza política) hace hincapié en que Claudina Morales, por ejemplo, gobierna en el municipio de La Oliva (Fuerteventura) con el PP. «Cada administración es un mundo», sentencia Lobo, quien rechaza que se impongan acuerdos en islas y municipios por resultar beneficiosos para los intereses de los partidos en el ámbito de la autonomía. El consejero ejercerá su cargo como independiente.