Las rutas del exilio, reclamo turístico en el Pirineo

Recuperar la historia de estos flujos de migración y convertir estas rutas en un reclamo turístico más para el Pirineo aragonés es lo que busca la Universidad de Zaragoza. Para ello cuenta con financiación europea y con la colaboración de la Universidad francesa de Pau. El proyecto pertenece al Programa Operativo de Cooperación Territorial España-Francia-Andorra para reforzar la integración económica y social de la zona fronteriza.

Hasta seis rutas migratorias a través del Pirineo en el siglo XX se han recuperado y señalizado con de la instalación de 14 paneles informativos, 25 balizas y 15 banderolas. Estas actuaciones han sido posibles gracias al proyecto europeo de investigación «Recuperación histórica y explotación turística de las rutas transpirenaicas», que coordina el profesor de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Roberto Ceamanos .

Este proyecto se ha prolongado durante dos años y ha contado con una financiación de 316.355 euros , aportados por la Unión Europea. Toda la información obtenida se quiere utilizar para dinamizar la oferta turística de las localidades próximas a los más de veinte pasos pirenaicos incluidos en estas seis rutas, localizadas una en el País Vasco, dos en Navarra, dos en Aragón y una en Cataluña.

Una aplicación para teléfonos móviles permite recorrerlas, seguir sus pasos y obtener información en tiempo real de carácter histórico y turístico. Esta aplicación es el paso final de un proceso que comenzó con la señalización de las rutas, la formación de agentes locales como guías turísticos, la creación de documentos divulgativos y el diseño de libros y material formativo para alumnos de Educación Secundaria.

Durante dos años, la Universidad de Zaragoza y la de Pau han investigado estos itinerarios y a sus protagonistas, han documentado testimonios y han analizado las razones de los constantes flujos migratorios por los Pirineos.

Se han centrado en seis rutas: el paso Irún/Hendaya y Golfo de Vizcaya, con transito marítimo de población; Ibardin, Lizarrieta, Urdax/Ahinoa, Iguskiegui, Ispeguy, d’Esnazu, Arguenuy/Valcarlos, Puerto de Larrau, la Pierre de Saint Martin, en Navarra; Somport y Portalet, en Aragón; y Puerto Viejo de Bielsa, Benasque/Portillon, también en la provincia oscense. En el caso de Cataluña, el trabajo ha estudiado las rutas: Bourg Madame/ Puigcerdà, Camprodom /Col d’Ares / Prats de Mollo, Le Perthus y los pasos fronterizos Cerbère y Portbou.

Además, con esta aplicación para móviles se busca que las nuevas generaciones tengan «la oportunidad de conocer esa historia y construirla con situaciones de presente, turísticas, de viaje y de intercambio cultural», explica el catedrático del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova, que también participa en el proyecto. Y es que «la Historia no solo es el estudio de un pasado muerto sino que tiene una proyección social en el presente», asegura.

Es más, otro de los grandes objetivos del proyecto es dar a conocer en profundidad las razones y las consecuencias sociales, culturales y políticas de los tránsitos de población a través de los Pirineos, en unos tiempos en los que el mundo, en general, y Europa, en particular, tienen ante sí, como uno de sus retos fundamentales, el éxodo de millones de personas, también por motivos políticos y económicos.

Tras un exhaustivo estudio historiográfico y trabajo sobre el terreno, se han analizado las causas de estos flujos de población, se ha dado a conocer a sus protagonistas, se han documentado numerosos testimonios y se han reconstruido los itinerarios de estos exilios políticos y migraciones económicas.

Durante la década de los 30 , los efectos de la crisis económica provocaron una fuerte contracción de la inmigración extranjera en Francia. Esto sumado al regreso a España de un importante número de emigrados tras la proclamación de la II República provocó un descenso progresivo del número de españoles residentes que se habían instalado con anterioridad en el país vecino. Sin embargo, esta tendencia se modificó por la Guerra Civil española, generando hasta cinco movimientos migratorios. Fue el exilio republicano.

Estas seis rutas permitirán recorrer los itinerarios seguidos por el exilio republicano tras la Guerra Civil española, flujo que se mantuvo, de manera clandestina, hasta 1945, en colaboración con redes de evasión pirenaicas. También durante la Segunda Guerra mundial, huidos de toda Europa transitaron, por diferentes motivos, los Pirineos.

Concluido el conflicto, llegó el momento de las migraciones económicas y, entre 1945 y 1969 , a quienes seguían huyendo por motivos políticos, se sumaron cientos de miles de españoles que llegaron a Francia buscando mejores condiciones económicas y laborales. A finales de los 60 y comienzos de los 70 comienza otro flujo migratorio, el de las personas que cruzaban la frontera en busca de una libertad de expresión, que no existía en España, quizás para comprar un libro, una revista o ver una película inmoral según la doctrina oficial de la época. A ellos se sumó un nuevo tránsito, ahora en dirección contraria. Era el inicio del turismo, de esos millones de europeos que comenzaban a llegar a las playas españolas.

Este proyecto permite que el estudio y conocimiento de estos procesos históricos revierta sobre la sociedad. Se ha realizado una intensa transferencia de los resultados hacia las comunidades locales, con el fin de que, con la reconstrucción de estas seis rutas históricas, aumente su oferta turística.