Reanudan la búsqueda de dos hermanas fusiladas en Longás hace 80 años

La búsqueda de sus restos es un empeño en el que lleva la asociación La Charata desde hace más de tres años junto con descendientes de la familia Malón Pueyo. A finales de 2013 se realizaron las primeras prospecciones , se encontraron unos restos que se creyeron que podían ser los de una de esas dos hermanas, pero las posteriores pruebas de ADN lo descartaron. Investigaciones posteriores más detalladas permitieron determinar que ese esqueleto correspondía, en realidad, al de un hombre de época visigoda que había muerto de forma violenta por un fuerte impacto en la cabeza-.

En 2014 volvieron a reanudarse las prospecciones para intentar dar con las hermanas Malón Pueyo, pero sin resultado. Apareció otro esqueleto, pero era también de época medieval.

Desde entonces se han realizado diversos trabajos, los últimos de ellos hace escasas semanas, con una subvención de 3.194 euros concedida a la asociación La Charata por el Gobierno aragonés, al amparo del programa de ayudas para la memoria histórica.

El arqueólogo de la asociación, Francisco Javier Ruiz , ha explicado a ABC que se ha tratado de una prospección de varios días en los que, con buscadores de metales y un georadar, se han logrado detectar una docena de puntos con indicios potenciales de albergar enterramientos. Media docena de ellos han sido sondeados, aunque sin resultados.

Estas prospecciones se vienen realizando en un paraje situado a más de mil metros de altitud, en las Peñas de Santo Domingo, término municipal de Longás (Zaragoza) . Allí es donde fueron abatidas estas dos jóvenes, después de intentar huir junto a su padre, a un hermano y a otra veintena de personas que se marcharon apresuradamente de sus casas cuando las tropas franquistas y brigadas falangistas entraron en Uncastillo. Eran vecinos conocidos por su militancia o tendencias izquierdistas.

La familia Malón Pueyo militaba en el PSOE de Uncastillo . La madre fue fusilada. El padre, su hijo y sus dos hijas lograron huir de la localidad. Acabaron escondidos en el monte. Una batida de fuerzas franquistas y falangistas dio con las dos muchachas y con otro joven. Fusilaron a los tres.

Lourdes Malón Pueyo tenía 18 años. Su hermana Rosario, 23 . Junto a su padre y a su hermano intentaban alcanzar la provincia de Huesca para ponerse a salvo en zona republicana. El padre falleció poco después en su huida. El hermano fue el único miembro de la familia que sobrevivió.

La búsqueda de los restos de Lourdes y Rosario Malón Pueyo se ha convertido en objetivo principal de las investigaciones promovidas por la asociación La Charata de Uncastillo.

Tras tres años de trabajos de campo y de estudios de laboratorio de los restos encontrados, la falta de resultados concluyentes no les han hecho desistir.

El arqueólogo Francisco Javier Ruiz afirma que están decididos a seguir con los sondeos el próximo año, a partir de la media docena de puntos potenciales que ha marcado el georadar en la última campaña llevada a cabo el mes pasado y que no han podido ser sondeados todavía.

Además, con ayuda de buscadores de metales, han logrado recuperar ahora, en ese mismo paraje, casquillos de cuatro proyectiles de fusil y de dos balas «que en principio son compatibles con los hechos que tuvieron lugar allí» en esos primeros meses de la Guerra Civil.

Las prospecciones realizadas en noviembre por la asociación La Charata han sido unos de los proyectos financiados por la Diputación de Zaragoza con sus ayudas sobre la memoria histórica .

Por otra parte, esta misma asociación ha recibido una subvención del Gobierno aragonés de unos 3.000 euros, dentro de la convocatoria de 2016 sobre memoria histórica impulsada por el Ejecutivo de Lambán y que ha supuesto el reparto de un total de 41.625 euros para diversas entidades aragonesas . Esta subvención del Gobierno aragonés permitirá a la asociación La Chalata editar un video sobre las prospecciones realizadas en 2013 y 2014.

Otros proyectos subvencionados por el Gobierno aragonés han sido el relativo a la divulgación de los trabajos de identificación de víctimas exhumadas en el cementerio de Magallón, realizados por la asociación local Afaem; el proyecto «Desenterrando a los olvidados», de la asoicación Arico; la exposición «Donde germinan los silencios», de la Asociación Pozos de Caudé (Teruel); y varios trabajos de difusión histórica sobre la Guerra Civil impulsados por el Rolde de Estudios Aragoneses, el Centro de Estudios del jiloca, la Asociación Cultural Tiempos Nuevos de Aragón y la Fundación Hospital de Benasque.