Calatayud: La ciudad pierde población
EL comportamiento demográfico en España —como en el resto de países occidentales— se rige por normas sencillas en las que la economía juega un papel fundamental: aquellos territorios con buenas perspectivas económicas, con dinamismo en sus sectores productivos y en el mercado laboral, atraen población ... y ven crecer sus censos; los que no presentan esas condiciones, a más corto o largo plazo, pierden habitantes.
La ciudad de Calatayud, durante diez años, estuvo ganando habitantes. Año tras año sumaba más vecinos, mayoritariamente gracias a la inmigración extranjera. La tasa de natalidad de la población autóctona no permitía soportar un crecimiento vegetativo.
Si nos atenemos a los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, entre el 1 de enero de 1998 y el 1 de enero de 2008, la población de Calatayud aumentó un 32 por ciento.
En el quinquenio 1998-2003 pasó de 16.569 habitantes a un total de 19.279, y en el período 2003-2008, siguió creciendo hasta los 21.905 vecinos que certificó el INE a fecha 1 de enero de 2008.
A esa misma fecha, el 25 por ciento de la población de Calatayud era inmigrante, en su gran mayoría procedente de Rumanía.
Más paro, menos vecinos
Sin embargo, de un año a esta parte se ha producido un cambio de tendencia. Calatayud ha dejado de ganar población y ha entrado en una tendencia de descensos. El retroceso es moderado, pero lo más significativo es que se ha producido un punto de inflexión en el crecimiento demográfico que arrastraba Calatayud desde hace una década.
La crisis económica se está dejando sentir con claridad en Calatayud. El paro ha repuntado con fuerza, de forma preocupante. La destrucción de empleo, unido a la caída de las expectativas a corto o medio plazo, ha hecho que la ciudad que durante años atrajo población se haya convertido en punto de partida.
Los extranjeros se quedan
Y donde se produce realmente una pérdida de población es en el segmento de españoles, no en el de inmigrantes. Según el dato del Padrón Municipal de Habitantes sacado el pasado 2 de junio, esta ciudad tiene 23.130 habitantes, frente a los 23.548 con que contaba a principios de 2008. Por lo tanto, supone un descenso de 438 habitantes en menos de año y medio.
En principio se podría pensar que son los extranjeros los primeros en marcharse. A eso apuntaba la teoría según la cual los inmigrantes se encontrarían entre los primeros en sentir los efectos de la crisis y, a falta de expectativas económicas en España, optarían por volver a su país de origen. Sin embargo, por lo menos hasta ahora, la realidad no ha avalado esa teoría en Calatayud. Todo lo contrario. De los 438 habitantes que ha perdido esta ciudad, casi cuatrocientos son españoles. El número de inmigrantes residentes en Calatayud sólo se ha reducido en 29 personas en el último año y medio. El resultado es que, a menos españoles y más inmigrantes residentes en Calatayud, los extranjeros lejos de perder cuota han ganado representatividad en el total del censo de la ciudad bilbilitana.
Los rumanos siguen siendo, con mucha diferencia, el primer colectivo inmigrante radicado en Calatayud. Según los datos de padrón recopilados este mismo mes, constan 4.642 rumanos como residentes en esta localidad, prácticamente los mismos que había hace un año y medio —el 1 de enero de 2008 figuraban 4.763—.
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