«EREgate»: cientos de personas «trabajaban» bajo tierra cuando la mina estaba cerrada
La Junta presidida por Chaves avaló que limpiadoras y oficinistas de Riotinto aparecieran en el ERE como si prestaran servicio en la galería subterránea
MANUEL CONTRERAS
En su época de máxima productividad, en la galería subterránea de las Minas de Riotinto trabajaba como máximo un centenar de empleados divididos en varios turnos. Pero según las vidas laborales incluidas en el expediente de extinción de contratos pactado entre la Consejería de ... Trabajo de la Junta de Andalucía y los sindicatos, en los años 90 la plantilla de trabajadores que entraban en la galería subterránea del enclave minero se disparó hasta acoger unas 400 personas. La cuestión es aún más extraña si se valora un dato fundamental: la galería subterránea se cerró en 1987.
El dato ilustra el procedimiento seguido para las jubilaciones y prejubilaciones acordadas por la Junta de Andalucía y los sindicatos en 2003, cuando el actual secretario provincial del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera , era consejero de Empleo y Desarrollo Tecnológico. Las vidas laborales fueron falseadas para que 452 trabajadores se acogieran a este plan, que la empresa propietaria se negó a firmar pese a las presiones de la Junta al considerarlo fraudulento.
El estatuto del minero prevé la aplicación de unos coeficientes reductores para la jubilación anticipada, y el beneficio es mayor en puestos de riesgo. Así, un trabajo laboral de cuatro años en la galería subterránea consolida un coeficiente reductor de 0,2, de forma que una persona que trabajase diez años en la empresa cotizaría como si lo hubiese hecho quince. Esta edad compensada es denominada «edad química». Para jubilarse directamente los trabajadores de Riotinto debían acreditar 65 años de «vida química», y para acogerse a la prejubilación, al menos 52 años.
Así, según el expediente de extinción de contratos, en Riotinto todo el mundo había trabajado en la mina subterránea —incluso cuando estaba cerrada—, logrando compensaciones que le permitían acogerse al plan. Los únicos que no aparecen con cargos en la galería son aquellos que con su vida laboral real podían acogerse al plan de extinción de contratos.
Un administrativo, especialista de tajo
Los ejemplos son innumerables y abrumadores. J.A.A, un capataz de la planta de flotación de 46 años, un puesto alejado de la planta subterránea, aparece como perforista de 1979 a 1984, como especialista de tajo entre 1985 y 1987 y como técnico de interior de 1987 a 2002, todos ellos trabajos bajo tierra. Con este currículum lograba una «vida química» de 55 años, cuando la vida laboral de su cargo real era de sólo 49 años.
M.B.P, un administrativo de 48 años, aparece como zafrero desplazador y especialista de tajo. A J.C.O, informático, se le presenta como jumbista —manipulador de la máquina de perforación de barrenos— de 1983 a 1985. J.C.R, oficinista de 45 años, incluye en su vida laboral haber estado trabajando en la mina interior de 1981 a 1994 —a pesar de que ésta cerró en 1987— como oficial sondista y especialista de tajo... Y así sucesivamente.
La persona más joven en jubilarse es M.D.S, de 42 años, del comité de empresa, que trabajaba de administrativo pero en cuya vida laboral del expediente figura como ayudante de barrenista de 1980 a 1991 y conductor de labores mineras de 1991 a 2002, a pesar de que en esta fecha no se utilizaban camiones porque la mina no producía. Las empleadas de la limpieza también se vieron beneficiadas al aparecer también en puestos de trabajo minero.
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