Las víctimas del terrorismo continúan marginadas del ámbito municipal
El informe del Ararteko también aborda por primera vez de forma oficial la paradoja de los etarras que también han sido víctimas de grupos terroristas como el GAL y aclara qué tipo de atención institucional merecen estas personas. Para el Defensor del Pueblo vasco no ... se debe dudar de la condición de víctima de estas personas, ya que se les ha conculcado el derecho fundamental a la vida y a la integridad.
No obstante, desaconseja que se les rinda homenaje público ya que «no merecen la condición de ciudadanos ejemplares por haber ejercido la violencia». Así pues, considera que honrar a etarras que han sufrido atentados de otros grupos como el GAL no restituye la dignidad de nadie sino que «revictimiza» a otros ciudadanos: los que sufren cotidianamente la violencia de los asesinos de ETA.
El informe del Ararteko sobre Atención Institucional a las Víctimas del Terrorismo señala el ámbito municipal como otro gran espacio público donde las víctimas no obtienen el reconocimiento público que merecen. Parte del estudio se basa en una encuesta que se presentó a los 251 ayuntamientos vascos sobre las iniciativas que desarrollan a favor de las víctimas del terrorismo.
Un primer dato negativo que señala el Ararteko es que un 24 por ciento de las poblaciones vascas no respondió su requerimiento, lo que el Ararteko, Iñigo Lamarca, considera «un incumplimiento del deber legal de colaborar con esta Institución, además de una falta de respeto a las víctimas del terrorismo».
Esta desidia de los consistorios a la hora de responder públicamente sobre su compromiso con las víctimas de la banda terrorista ETA no entiende de colores políticos. Se han negado a responder pueblos como Pasajes (ANV), Fuenterrabía (PNV) y Zumárraga (PSOE). Tampoco obtuvo el Ararteko respuesta de Lizarza, la única alcaldía que ejerce el PP en Guipúzcoa y una de las cuatro que tiene en todo el País Vasco.
De los consistorios que sí respondieron, menos de la mitad -un 45 por ciento- han firmado un Acuerdo Municipal para la Defensa de la Democracia y la Libertad. Este modelo de documento fue aprobado en 2002 en una declaración cívica de Eudel -asociación de municipios vascos- y supone un primer paso para la restitución moral de las víctimas del terrorismo, así como la expresión de un firme compromiso municipal en favor de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Si se analizan actuaciones más tangibles, el compromiso de los municipios es aún menor. Solamente el 19 por ciento de los gobiernos municipales ha emprendido algún tipo de medida para honrar a las víctimas de ETA, tales como organizar actos, incorporar lemas antiterroristas en espacios públicos o nombrar calles con nombres de asesinados por ETA.
También es significativo el desinterés por suprimir los homenajes a los etarras de la vía pública. Pese a la realidad constatable de que son muchos los murales, monumentos y placas que enaltecen a los terroristas, solamente el consistorio nacionalista de Zizúrkil reconoce tener elementos ofensivos de este tipo y realizar intervenciones para suprimirlos. Concretamente alude al monolito que recuerda a José Luis Geresta, etarra que participó en el asesinato de Miguel Ángel Blanco. El informe no incluye intervenciones parecidas que se han realizado en municipios como Hernani -gobernado por ANV- ya que no se trata de iniciativas voluntarias del consistorio, sino que se ejecutaron por auto judicial.
También es significativo que sólo siete poblaciones vascas consideren que se han producido actos proetarras en sus calles y hayan intervenido para suprimirlos. Este tipo de actuaciones se intensificarán ya que el Consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, está cumpliendo su palabra de actuar contra aquellos que deshonren a las víctimas en la vía pública.
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