La última rama del «Vizcaya»
J. P./P. M.
MADRID. La operación del pasado verano contra el «Vizcaya» supuso un durísimo golpe para la banda asesina aunque no se pudiera desmantelar la totalidad del complejo. Durante esa investigación se pudo comprobar que varios terroristas habían logrado escapar y, por tanto, ... desde el principio se barajó la posibilidad de que ETA había logrado salvar parte de su infraestructura.
Fuentes antiterroristas consultadas por ABC señalan que el «Vizcaya» pudo estar formado por dos comandos, sin comunicación entre ellos y dirigidos desde Francia por el jefe del aparato militar, Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», a través de un «dinamizador» encargado de transmitir sus consignas.
Hay que recordar, además, que uno de los «liberados» del complejo «Vizcaya», Jurdan Martitegui, alias «Txarlas», huyó a Francia en junio por estar ya muy «quemado». También está en ignorado paradero Aitor Artetxe Rodríguez, que participó en dos atentados, en concreto el que sufrió la casa cuartel de Durango en agosto del pasado año y el Club Marítimo de Abra en Guecho, en mayo último. Además, captaba a nuevos terroristas. Lo mismo sucede con Asier Borrero Toribio, que participó en el ataque contra la comisaría de la Ertzaintza en Zarauz y en dos atentados contra casas del pueblo en Valmaseda y Derio. Todos ellos tenían papeles relevantes en el «complejo Vizcaya».
Según las mismas fuentes, es posible que los etarras decidieran dejar pasar algún tiempo antes de volver a actuar como medida de seguridad y para comprobar hasta qué punto habían llegado los daños. Pasado ese periodo, y ya convencidos de que no estaban siendo vigilados, volvieron a actuar ayer.
El atentado coincide con la sentencia del Supremo que ilegaliza a ANV y en vísperas de que se conozca la condena contra Askatasuna. Sin embargo, las fuentes consultadas no creen que ETA haya actuado como reacción a esas decisiones, si bien sí podría haber buscado un periodo de tiempo en el que se sabía que esas sentencias eran inminentes.
Cabe recordar que sólo en una ocasión la banda actuó con esa lógica y fue tras la detención de Félix Alberto López de la Calle, «Mobutu», en noviembre de 1993. Al día siguiente, la banda intentó asesinar a un militar cerca de Bilbao. La víctima hizo frente a los terroristas, a los que puso en fuga. Minutos después el comando se topó con una patrulla de la Ertzaintza, con la que mantuvo un enfrentamiento que acabó con la muerte del jefe de los asesinos y la detención del resto. No fue, por tanto, una buena experiencia para ETA.
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