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El separatismo pincha y no consigue empañar el homenaje a las víctimas

Los Reyes fueron recibidos con «vivas» y banderas de España en un acto en el que se rindió tributo a los muertos, a los heridos y a sus familias

Los Reyes, acompañados por Pedro Sánchez, rinden homenaje a las víctimas del 17-A Inés Baucells
Almudena Martínez-Fornés

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Con un año de retraso, Barcelona consiguió ayer rendir un homenaje digno a las víctimas de los atentados terroristas perpetrados en la capital catalana y en Cambrils. Esta vez, la otra Cataluña, la que salió por primera vez a la calle el 8 de octubre, y demostró que no era minoritaria ni silenciosa, consiguió evitar que los separatistas enlodaran el obligado homenaje con sus reivindicaciones políticas.

Los propios líderes soberanistas suavizaron su tono revindicativo y aprovecharon esta segunda oportunidad para intentar limpiar su imagen y saldar su deuda con los muertos, tras el lamentable espectáculo del año pasado. Y, aunque algunos pocos volvieron a intentar reventar el acto desde las inmediaciones, sus tretas quedaron diluidas en una plaza Cataluña en la que se impusieron las banderas de España y se oyeron vivas al Rey, a España, a la libertad y a la Guardia Civil.

Pancarta contra el Rey

La hostilidad separatista quedó patente desde primeras horas de la mañana, cuando en uno de los edificios que da a la plaza apareció colgada una pancarta con el siguiente texto en inglés: « The spanish king is not welcome in the catalan countries » (El Rey español no es bienvenido en los países catalanes). A pesar de que un grupo de personas reclamó a gritos su retirada durante toda la mañana, la pancarta se mantuvo allí hasta avanzada la tarde, cuando los separatistas decidieron retirarla , una vez cumplido su objetivo.

El homenaje empezó poco después de las diez y media de la mañana, cuando los Reyes de España y Condes de Barcelona llegaron a las inmediaciones de la plaza, acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez . La delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, les esperaba a pie de coche con toda normalidad institucional. Cuando Don Felipe y Doña Letizia entraron en el recinto del homenaje fueron recibidos con «vivas» y aplausos por parte del público -no se oyó ni un abucheo-, ante la presencia del presidente de la Generalitat, Quim Torra, que, según reconoció después, se sentía incómodo junto al Rey. Y es que, en cuestión de días, Torra pasó de proclamar que Don Felipe no era el Rey de los catalanes, a recibirle como un presidente autonómico recibe al Jefe del Estado.

Ante semejante espectáculo -habitual, por otra parte, en casi todos los actos de víctimas del terrorismo-, Torra recurrió a su particular estilo reivindicativo y pidió a Laura Masvidal, la mujer de uno de los exconsejeros presos, Joaquim Forn, que le acompañara en el momento en que fuera a saludarle el Rey. «Me parecía una buena manera de honrarle», explicó después. Don Felipe saludó a ambos, así como al presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent , y a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entre otros.

Tras saludar a las autoridades, los Reyes se dirigieron a la primera fila para transmitir personalmente su apoyo a los familiares de las víctimas y a los heridos -al final, acudieron unos 200- y, tras expresar su breve mensaje de solidaridad, se dirigieron a la zona de las autoridades, situada inmediatamente detrás, para seguir una ceremonia marcada por una música melancólica, con piezas como «Imagine» o «Hallelujah», y las intervenciones de la periodista Gemma Nierga. Desde el lugar de la ceremonia, se oía también a lo lejos el himno fúnebre « La muerte no es el final », con el que se rinde homenaje a los que dieron su vida por España.

Durante el acto, Don Felipe y Doña Letizia estuvieron flanqueados por Sánchez, al lado del Rey, y por el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas , al lado de la Reina. Torra dijo que no quería estar junto a Don Felipe, y no lo estuvo, porque estuvieron separados por Sánchez y por los presidentes del Congreso, Ana Pastor, y del Senado, Pío García Escudero .

También acudieron el presidente del Tribunal Supremo y CGPJ, Carlos Lesmes; los ministros de Justicia, Dolores Delgado , e Interior, Fernando Grande-Marlaska ; el presidente de Aragón, Javier Lambán; los líderes del PP, Pablo Casado , y de Ciudadanos, Albert Rivera e Inés Arrimadas; varios miembros del Gobierno autonómico catalán, como Pere Aragonès, Elsa Artadi , Ernest Maragall, Miquel Buch, Josep Bargalló y Alba Vergés, y la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Marimar Blanco, entre otros.

La ANC, alrededor

Mientras los Reyes, las altas autoridades del Estado y el público rendía homenaje a las víctimas en la plaza de Cataluña, en las inmediaciones se concentraban miembros de la ANC, que repartían panfletos sobre los políticos presos. Más alejados del centro, los Comités de Defensa de la República (CDR), también se concentraron, ayer con pocas «esteladas» y muchas pancartas, centradas ayer en ir contra el Rey.

Más numeroso fue el grupo que reunió en La Rambla la Unión Monárquica de España (UME), cuyos integrantes, más de un centenar y con banderas españolas, pasaron después al acto central del homenaje.

Al finalizar el encuentro, en sus inmediaciones acabaron coincidiendo separatistas con personas que no lo son y se vivió algún momento de tensión. «¡Qué vergüenza venir hoy con banderas!», les reprochaban unos, a lo que otros les respondían que «la vergüenza es no querer a España y Cataluña unidas». A pesar del rifirrafe, los Mossos pudieron evitar los enfrentamientos, consiguiendo así que el protagonismo del día fuera para las víctimas.

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