Rivera decreta el «fin del bipartidismo» lanzado por el 21-D

El líder de Cs hizo ayer balance del año político desde el Congreso y dejó claro que aprovechará el viento de cara. Las encuestas indican que podrán seguir comiendo terreno a PP y PSOE en el resto de España. «Hoy estamos más preparados que nadie y que nunca para hacer frente al mayor problema que tiene nuestro país», dijo Rivera presumiendo de su nueva condición de líder político en Cataluña. Los «viejos» partidos, insistió en su lectura del 21-D, «han fallado» a los españoles en el momento más grave de la democracia por el desafío separatista catalán. «Ni el inmovilismo de los conservadores ni las ocurrencias de los socialistas son la solución», aseveró sin dejar el tono mitinero de la campaña catalana.

Rivera pareció ayer dar por amortizada la legislatura en las Cortes calificándola de «transitoria», aunque luego precisó que no forzará el adelanto electoral a Rajoy . Al contrario, apoyará los segundos Presupuestos del Gobierno si incluye los 500 millones para equiparar los sueldos de la Policía Nacional y la Guardia Civil a los de las policías autonómicas. Cs intentará hacer «oposición útil» en el Congreso impulsando más reformas. «No tenemos prisa, contamos con mucha gasolina» , señalan en el partido naranja rechazando que estén interesados en un adelanto electoral.

Rivera priorizará la reforma de la ley electoral para impedir que se sigan «primando los territorios sobre los ciudadanos» y exigirá que la subcomisión del Congreso que estudia la reforma termine sus trabajos en verano. También dará urgencia a la legalización de la gestación subrogada, la reforma de la Fiscalía o la nueva ley anticorrupción. «Trabajo útil en el Parlamento, servicio a los españoles pero también con un ojo puesto en el futuro», resumió sin ocultar que se volcarán desde enero en la conquista del poder municipal y autonómico de PP y PSOE, en 2019; y tras ello, las generales.

Rivera se catapulta en las urnas catalanas para presentarse como el único «proyecto ilusionante» para España y reforzado por los elogios más variopintos, desde el exprimer ministro socialista francés Manuel Valls hasta José María Aznar . En Ciudadanos también interpretan el último discurso de Nochebuena del Rey como un espaldarazo a su posición frente al «inmovilismo» que representa Rajoy. «El Gobierno no puede estar muy contento», aseguran en la ejecutiva.