Los refugiados de la base de Rota emprenden su traslado a EE.UU.

Rota confirma nuevas llegadas hacia las instalaciones militares los próximos días, pero no producirán un colapso en el campamento debido a la activación de la segunda fase de la operación Allies Refuge. Según el compromiso de la Embajada de EE.UU., el personal evacuado deberá abandonar la base gaditana en un periodo máximo de 14 días desde el momento de su ingreso. La Administración trabaja sin descanso para garantizar los plazos.

Un primer vuelo, con 350 personas, partió la tarde de ayer con destino hacia el Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles. Será allí, en una de las 27 bases militares que pertenecen al estado de Virginia, donde los refugiados encontrarán su nuevo hogar.

En menos de una semana, Rota comienza a aligerar el volumen del contingente que reside en el área norteamericana de la base. «No existe un perfil determinado de las personas que llegan», asegura el comandante de las Actividades Navales de Estados Unidos en España, el capitán David Baird. EE.UU., para proteger la identidad e intimidad de los evacuados, no ofrece cifras que desglosen el número de personas por edad o sexo que se alojan temporalmente en la localidad.

No obstante, revelan que «muchos suelen ser grandes unidades familiares, normalmente con varios niños». Visualmente, en las zonas habilitadas para los afganos se percibe un enorme número de menores de edad, incluso algunos bebés de pocos meses. También han viajado mujeres solas, «el lunes aterrizó un grupo de 100 universitarias que tenían entre 18 y 24 años», afirma el contralmirante Ben Reynolds, director de jefatura marítima de las fuerzas navales de Estados Unidos en Europa y África. Para Reynolds todas estas personas son «gente que ha demostrado mucho coraje. Hombres, mujeres y niños que han salido de Afganistán para dejar toda su vida atrás y comenzar una nueva en tierra extranjera».

Desde la Embajada de los Estados Unidos en Madrid han reconocido «el esfuerzo de nuestros compañeros españoles». El Ejército no solo ha contribuido en esta misión humanitaria dentro de la base naval, también «trabajan, mano a mano, con diplomáticos, otros militares y voluntarios para facilitar la evacuación de ciudadanos estadounidenses, de otros países aliados, afganos en situación de riesgo y sus familias».

Un total de 700 personas, entre militares y voluntarios, participan en la asistencia a los refugiados. En el caso de los soldados, previamente «han recibido entrenamiento para poder desarrollar este tipo de operaciones no armadas». Del mismo modo, los colaboradores altruistas han contado con varios días de capacitación para poder adquirir los conocimientos necesarios para proceder a atender la llegada de evacuados de Afganistán.

El principal escollo que deben superar los refugiados se encuentra en los trámites consulares. Una vez aterrizan en Rota y son atendidos, estas personas deben presentar cualquier tipo de documento que permita identificarles. Independientemente de que colaboren, el contingente es sometido a pruebas biométricas bajo la responsabilidad del Departamento de Seguridad de los Estados Unidos.

En el caso de personas que contaban con una filiación vinculante, por tratarse de ser personal aliado, el proceso se agiliza. Por el contrario, se tardan días en solucionar los problemas en aquellos supuestos de individuos sin relación previa con Estados Unidos y que no consigan demostrar su identidad. «Nos damos 14 días de plazo para cursar peticiones», explican.

La misión de Rota consiste en «apoyar a los evacuados que proceden de Afganistán para proveerles alojamiento, comida y seguridad en estos momentos tan difíciles», indican. Todos los esfuerzos del amplio dispositivo se centran en que «la estancia de los evacuados en Rota, aunque sea provisional, sea recordada como un lugar en el que fueron tratados con dignidad y respeto, en el que se sentían cómodos y seguros mientras esperaban un viaje hacia su nuevo hogar: Estados Unidos».