Rajoy intenta su investidura en «el momento más delicado de España»

La presidenta del Congreso, Ana Pastor , reunió ayer a la Junta de Portavoces en un encuentro al que no estaba obligada -enfatizan en su entorno- para explicar a los grupos políticos cómo se desarrollará el debate de investidura. Básicamente, el candidato Rajoy se reserva en exclusiva el martes, cuando comenzará el pleno. Será por la tarde, a las 16 horas, y el líder popular no tendrá límite de tiempo en su intervención ni réplicas, aparcadas hasta el día siguiente.

Todos los demás partidos hablarán el miércoles, a partir de las 9 de la mañana y hasta que terminen ellos y les conteste -de forma individual o colectiva- Rajoy. Después se producirá la primera votación de investidura, que obliga a obtener mayoría absoluta -176 votos o más-, algo a día de hoy inviable. Es probable que dicho acto se produzca bien avanzada la noche. A las 48 horas, el viernes por la tarde, se celebrará la segunda votación, en la que bastaría con obtener más votos a favor que en contra. Teniendo en cuenta sus 170 apoyos, Rajoy necesitaría seis abstenciones. Una situación que despejaría la amenaza de unas terceras elecciones, pero que tampoco parece factible.

Agosto acabará con una nueva cita ante el pleno del Congreso con vistas a elegir un presidente del Gobierno pero con poquísimas perspectivas de que se produzca. Los populares señalan con el dedo a los socialistas como culpables de este círculo vicioso que bloquea el país: «Era normal que en las elecciones municipales y autonómicas hubiera pactos y acuerdos entre distintos partidos, pero en las generales, existía la cultura de que el que gana gobierna. Y eso se ha roto». Otra clave a valorar, a su juicio, es la pérdida de peso del PSOE por su error estratégico de «entregar alcaldías y comunidades a los radicales de Podemos tras las elecciones de mayo de 2015».

Para el PSOE puede ser también un momento complicado con vistas a las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre. Si continúa enrocado en el «no» a Rajoy, aparecerá como el culpable del bloqueo que ha impedido formar gobierno en España . Pero si optara por abstenerse y facilitar así que el líder popular forme gobierno, tampoco le ayudaría electoralmente, puesto que «sería objeto de ataques políticos de sus oponentes con el argumento de que PSOE y PP son lo mismo».

Sin embargo, una vez pasados estos comicios -en los que según los sondeos los resultados del PSOE no serán buenos-, «puede que los socialistas cambien de postura». Esta esperanza sustentan quienes creen que puede haber otra investidura de Rajoy tras los comicios vascos, y que podría acabar con éxito. De este modo, se evitaría la penosa situación de acudir a unas elecciones el 25 de diciembre. Un escenario tan falto de lógica que los grandes partidos han empezado a buscar fórmulas legales para cambiarlo.