Rajoy calla sobre Cascos
Génova no ha hablado con Cascos para pedírselo, pero ha incluido su nombre en el último sondeo sobre intención de voto. La respuesta todavía está en la «cocina». Ovidio Sánchez debería oficializar la propuesta
«La idea es poner a los mejores en cada sitio, a quien pensemos que puede ganar, no a quienes sepamos, a priori, que serán derrotados en 2011». Quien habla así es un alto dirigente de Génova. La cuestión que se suscita a continuación es ... que si se busca ese perfil no hay duda sobre quién será el candidato a la presidencia de Asturias: Francisco Álvarez-Cascos. La respuesta es, a estas alturas, desconcertante: «Es que no sabemos si él quiere».
Por mucho que se pregunte en el cuartel general de los populares parece que no hay nadie que haya hablado con el ex secretario general. A lo sumo, el pasado 8 de abril, previo al almuerzo que reunió en Sevilla a la primera ejecutiva popular de José María Aznar, Cascos tuvo un breve intercambio de palabras con el vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, que quedó en un inconcreto «tenemos que hablar».
En Génova aseguran incluso desconocer si Mariano Rajoy, reacio a adelantar acontecimientos, ha tratado el asunto con él. Ambos solían mantener una relación fluida, muy frecuente durante el «caso Bárcenas», ya que Cascos fue uno de sus principales valedores. Además, no es extraño ver al ex ministro de Fomento por los aledaños de la sede nacional, donde sigue recogiendo la correspondencia —previo paso por el scanner de seguridad de la sede—, o frecuentando el famoso «verde», sobrenombre que se da a un recoleto bar donde acude todo el partido a tomar los cafés de media mañana.
Con la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, la relación es muy distinta. Fuentes próximas a la «número dos» aducen, con mucho protocolo, que son de generaciones políticas distintas, que apenas han tenido trato... Los próximos a Cascos se muestran bastante más demoledores al señalar que «a Cascos no le interesa lo que diga Cospedal, claro que a Cospedal tampoco le interesa lo que diga Cascos». El asunto Bárcenas contribuyó a distanciarlos aún más.
Lealtad al proyecto
Su figura crea cierto desconcierto interno, sabedores de que es un hombre que no calla lo que piensa, que no rehuye la controversia ni el enfrentamiento personal pero, también, de lealtad contrastada al proyecto político. Otra cosa es que entienda que dicho proyecto se desnaturaliza con unos modos de hacer política que distan mucho de su forma de conducirse.
Pero a pesar de las reticencias que provoca en no pocos dirigentes del partido y colaboradores de Rajoy, Génova ya ha incluido su nombre en un sondeo sobre intención de voto junto con el del actual presidente del partido en Asturias, Ovidio Sánchez, y la líder en Gijón y diputada nacional, Pilar Fernández. La encuesta, de la que ya se ha hecho el trabajo de campo, está a punto de pasar a cocina, pero la preeminencia de Álvarez-Cascos sobre los demás es indudable.
¿Qué está fallando pues? ¿Qué impide su candidatura? Cascos está a la espera de que se lo pidan: Génova de que dé señales de que quiere. Cascos defiende que es el partido el que tiene que ir a buscar a los mejores, tal y como él hizo con Rodrigo Rato, Federico Trillo y Juan José Lucas en la «operación Perbes». Génova aduce que han sido los partidarios de Cascos —«espoleados por él mismo», apostillan algunos— los que han puesto en marcha la maquinaria en Asturias, por lo que debe ser él quien aclare su disponibilidad. Eso sí, si el PP del Principado les presenta una propuesta formal, Cascos será candidato. Para ello, Ovidio Sánchez debe abrir el proceso convocando bien a su Junta Directiva, a su ejecutiva o a su comité electoral, órgano que debe trasladar la propuesta a la sede nacional. En definitiva, todos andan a la espera.
El debate del estado de la Nación de los días 14 y 15 de julio ha trastocado un poco el calendario del partido. El área de Organización quería tener a los candidatos proclamados antes de verano y celebrar una reunión de éstos con Rajoy. Ese acto se retrasará probablemente a septiembre. No corre prisa nombrar a los que ya son presidentes autonómicos dado que todos van a repetir (salvo tragedia en el caso de Valencia) pero no estaría de más, dicen, cubrir la plaza de Asturias y la de Navarra antes de verano para que empiecen a hacer campaña cuanto antes.
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