Cuatro protagonistas para un drama
Todo apunta a que José Bretón, padre de los niños desaparecidos, sufre un trastorno bipolar que le ha podido hacer construir una realidad paralela
d. delgado / c. murcillo / p. muñoz
José Bretón, padre de los niños: detenido
Frío, sin que haya dejado traslucir un atisbo de sus sentimientos a excepción de momentos puntuales, ayer, en los que lloró, José Bretón , ex militar y conductor en paro, apareció desde el primer momento en el centro ... de las sospechas de la Policía. Ha tenido que soportar horas de conversaciones con agentes muy especializados, en las que le han sacado contradicciones. Y ha sufrido la presión de saberse en el ojo del huracán.
Nada de eso le ha afectado. Alguna vez se ha lamentado de no saber dónde están sus pequeños, como cuando ayer aparecieron las primeras lágrimas, pero quienes han estado con él insisten en que no es la actitud lógica de alguien que teme no volver a verlos. Las fuentes consultadas se muestran sorprendidas. Todo apunta a que sufre un trastorno bipolar, que le ha podido hacer construir una realidad paralela, a la que se aferra; algunas fuentes aseguran que ya fue diagnosticado. Los expertos estudian sus reacciones.
Ruth Ortiz, madre de los niños: Un ejemplo de serenidad
Rota de dolor, con una angustia imposible de explicar a alguien que no haya pasado por un trance semejante, la madre de los niños da ejemplo de serenidad. Confía plenamente en el trabajo de la Policía y los investigadores se mantienen en permanente contacto con ella para darle información puntual.
Veterinaria de formación y trabajadora de la Junta de Andalucía, ha decidido mantenerse alejada de los focos. Solo rompió su silencio el domingo con una carta que se leyó en la manifestación celebrada en Huelva, donde reside. Sus mensajes siempre han sido cabales: «Hay que respetar la presunción de inocencia».
Ruth y José Bretón, desaparecidos: «Dos niños felices»
Ruth tiene seis años, y su madre, del mismo nombre, asegura de ella que «es muy inteligente, responsable y muy buena». Le encantan su colegio, su maestra y sus amigas. De su hijo pequeño, José, de dos años, asegura que es un pequeño «muy cariñoso, inquieto y travieso. Tiene una sonrisa que ilumina todo y ya sabe dar besos».
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