El PP aguarda a que el PSOE «frene» el pacto de Sánchez y Podemos

Creen los populares que una investidura de un gobierno apoyado por la izquierda radical y el independentismo sería «suicida para el PSOE y también para España», y esta reflexión la están compartiendo en conversaciones con destacados dirigentes socialistas de todas las épocas, muchos de los cuales «comparten nuestra visión», aseguran.

De ahí que fíen la buena marcha de su estrategia a ese encuentro que el sábado mantendrá el PSOE. Mientras, el PP centra sus fuerzas en poner buena cara y mejores palabras a Ciudadanos -«tienen una actitud responsable y constructiva», dijo ayer el vicesecretario de Comunicación popular, Pablo Casado -, un socio más que deseable para los populares porque «compartimos ideas como la unidad de España y el respeto al sistema constitucional español, y son responsables, ya que donde gobernamos con su apoyo, el pacto a que se llegó fue en interés de los ciudadanos».

Su otro frente es de ataque, pero no al PSOE, sino concretamente a Pedro Sánchez, en quien concentran toda la presión. «El descontento en las filas socialistas es notable; las voces críticas que se han escuchado pueden ser la punta de un iceberg que termine de apreciarse en toda su envergadura en el Comité del 30 de enero», dicen. Por eso le piden que se defina: «Entre el avión a Venezuela y con ello la ruina económica, política y social; o el tren europeo que es seguir creando empleo», coincidieron Casado y el secretario del PP en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro .

La carga de profundidad la lanza el PP contra Podemos, que representa según ellos el peligro de acercarse a la situación de Grecia: «En lugar de asaltar los cielos, asaltaron los ahorros de los jubilados», ironizó el dirigente popular. Que añadió: Pablo Iglesias «desbarató los planes del PSOE con arrogancia» al repartirse varios ministerios del futuro gobierno de coalición entre ambos partidos, «y no precisamente los de Asuntos Sociales o Cultura, sino todo el aparato del Estado», y «curiosamente, sin hacer ninguna asamblea previa».

El PP comienza la semana proponiendo «seguir dialogando, mano tendida», aunque sin un calendario específico de encuentros con otras formaciones. Lo cual no descarta, explicaron algunos dirigentes, que se estén celebrando encuentros discretos por debajo del primer nivel.

No aclaran si el plan de Rajoy pasa por esperar un nuevo encargo del Rey para que se presente a la investidura, aunque Juan Manuel Moreno apostaba ayer en la Cadena Ser a que, si las circunstancias no cambian y el PP sigue sin contar con suficientes apoyos, el presidente en funciones «puede y debe» declinar una segunda invitación a ser investido si esta se diera.

Lo que no están dispuestos a tocar, dicen en público en el PP, es el candidato: Rajoy es «innegociable». Coincidieron ayer en ello dos de sus ministros más apegados, Jorge Fernández Díaz y José Manuel García-Margallo , y el vicesecretario de Comunicación de su partido, Pablo Casado: «Nuestro candidato es Rajoy, a las elecciones y a la investidura; en el Partido Popular no hacemos enjuagues como en Cataluña».