Tráfico de seres humanos en Europa: de pie, hacinados y con agujeros en el techo del camión para respirar

La Ucrif Central de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, en colaboración con las policías de Bosnia, Crioacia, Eslovenia, Grecia, Italia, Francia y Rumanía, ha logrado desmantelar una red de tráfico de seres humanos que captaba a sus víctimas en un campo de refugiados de la localidad bosnia de Bihac y las introducían en Italia tras un viaje en condiciones inhumanas a través de la conocida como ‘ruta de los Balcanes’. La mayoría de los inmigrantes irregulares eran paquistaníes, pero también había afganos y sirios.

La investigación comenzó con la detención en Eslovenia de un camionero español que transportaba en su vehículo a 53 migrantes paquistaníes. Tras las primeras pesquisas se creó en el seno de Europol una ‘ task force’ con las policías de todos los países implicados que reveló la existencia de una importante red internacional. La célula española, la más nutrida, con base cercade Zaragoza, se encargaba de llevar a las víctimas en camiones.

Los inmigrantes, una vez alcanzado el campo de refugiados de Bihac, eran guiados por ‘pasadores’ de la trama para cruzar a pie las montañas que separan Bosnia de Croacia . El camionero, procedente de España, les esperaba en un punto acordado de este país y los trasladaba en cajas de camiones de apenas ocho metros cuadrados –los vehículos eran alquilados– hasta la frontera con Eslovenia.

Para sortear ese nuevo control fronterizo las víctimas bajaban de los vehículos de carga y cruzaban a pie por lugares donde no eran detectados. Ya en territorio esloveno volvían a montar en los camiones para seguir hasta Italia. Desde allí eran trasladados, por distintos medios, al país de destino final dentro de la Unión Europea, en movimientos interiores secundarios. Dentro de esos destinos finales destacan España y Alemania.

Fue el líder de la red, que residía de forma alternativa en Pakistán, España, Francia e Italia, el que reclutó a dos coordinadores en España . Estos, a su vez, entraron en contacto con los camioneros y resto del grupo de apoyo. El capo eligió a los dos primeros por su experiencia en el narcotráfico, y de hecho utilizaban coches ‘lanzadera’ para detectar posibles controles. Los coordinadores se llevaban unos 2.000 euros por viaje. Las ganancias las reinvertían en el tráfico de drogas.

En los nueve meses de investigación se han detectado ocho pases, con más de 400 inmigrantes implicados; cuatro fueron abortados. El último descubierto fue cerca de la frontera entre Croacia y Bosnia. Un camión transportaba a 77 paquistaníes, entre ellos cuatro menores, en un habitáculo de apenas ocho metros cuadrados . Viajaban hacinados, de pie, y habían tenido que hacer agujeros en el techo para poder respirar.

El líder de la organización fue detenido en Rumanía gracias a la Policía española y ha sido trasladado a nuestro país. Junto a otros ocho de los doce detenidos aquí, ingresó en prisión. La organización cobraba a cada migrante 3.000 euros si el trayecto era Bosnia-Eslovenia, o entre 5.000 y 8.000 en el caso de la ruta Bosnia-Italia. Si querían ir a otros países, tenían que pagar más. El coste total desde Pakistán hasta el destino final en Europa oscilaba entre 12.000 y 20.000 euros . Algunos de los inmigrantes ilegales tardaron años en hacer el viaje.