Podemos se blinda y reclamará a Sánchez no perder ministerios en la remodelación
Quiere abrir ya el debate sobre la reforma fiscal en la negociación de los Presupuestos
El núcleo de Podemos en el Gobierno: en el centro Yolanda Díaz, con Manuel Castells y Alberto Garzón a su izquierda; a su derecha, Ione Belarra e Irene Montero
Unidas Podemos (UP) y en especial Podemos trabajan ya con vistas al nuevo momento político: la segunda parte de la legislatura. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió ayer a presentar los Presupuestos «en tiempo y forma». Quiere agotar su mandato. En Podemos ... ya están preparados para defender sus posiciones en el Gobierno de coalición y seguir apropiándose de espacio político del PSOE. Para llevar a cabo esta empresa, hay varios elementos en agenda en los que la formación que lidera Ione Belarra tiene puesto el foco. Quieren abrir ya el debate para una reforma fiscal, derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral, subir el SMI y mantener sus ministerios.
Todas estas ambiciones y calendarios tienen una piedra de toque en el camino: la eventual remodelación del Gobierno. Fuentes de Unidas Podemos aseguran que Yolanda Díaz , vicepresidenta tercera y líder del espacio morado, no ha recibido una comunicación formal de que vaya a producirse esta crisis en el Ejecutivo. Pero sí se muestran seguros de que sucederá. Eso sí, hay dudas con el momento. «Mientras Sánchez no hable con Unidas Podemos de la remodelación, no hay preocupación por que esa remodelación afecte a Unidas Podemos», explican. Pero una vez asumido que es una realidad que tarde o temprano llegará, el factor sorpresa desaparece.
Desde la parte morada de la coalición instan al Gobierno a que remodelen su parte «como consideren», pero advierten de que no se puede reabrir el debate sobre toda la estructura de la coalición y el reparto competencial. Y en este punto insisten en que la parte de Unidas Podemos no tiene margen para reducirse. «No hay capacidad para ceder », dicen. Y recuerdan que su cuota en el Gobierno ya es menor a la que correspondería por número de votos y que ministerios como Trabajo se vieron despojados de competencias tradicionales como la Seguridad Social. «Es importante la estabilidad. No es momento de ir a presionar al socio minoritario», explican por un lado.
No obstante, otras sensibilidades de la coalición sí señalan que si llegase una comunicación por parte de Sánchez que le afectase, los cambios en la cuota de Unidas Podemos tendrían que hacerse siempre en proporción a la estructura actual. Es decir, que el PSOE también reduzca su cuota y lo haga en proporcionalidad. El jueves el presidente del Gobierno aseguró que no es su «prioridad», pero no negó que, después del proceso de vacunación y de iniciar la recuperación económica, pueda activar la reforma. Sánchez está trabajando esta cuestión con muy pocas personas. El momento para proceder no se ha concretado. Pero el calendario del mes de julio empieza a llenarse.
El conglomerado izquierdista afronta un nuevo momento . Con la marcha de Pablo Iglesias , el espacio político afronta otro escenario. Con Díaz como referente electoral y con los partidos que forman la coalición marcando terreno. Por primera vez Podemos, y su nueva líder, son parte del conglomerado, todavía el más importante, pero no tienen el control absoluto de ese espacio político. Una reducción de carteras sería muy problemática. Díaz y Belarra son intocables. Y desde ese espacio político se apunta a que «no se puede perder Igualdad» , en referencia a Irene Montero. Los flancos más débiles siempre son Manuel Castells y Alberto Garzón. El primero representa a los comunes, tiene buena relación con el presidente y será una pieza en la mesa de diálogo. Todas las miradas apuntan a Alberto Garzón. Pero es el líder de IU. Los equilibrios son complejos. La formación ya se siente infrarepresentada y por eso es muy estricta.
Las negociaciones
Podemos quiere arrancar en breve, ya en el mes de julio, los primeros pasos para la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Sánchez también tiene esta intención. El partido morado quiere empezar en el próximo curso político en septiembre «con ello en marcha». Ya sin la excepcionalidad del coronavirus, también consideran necesario aprobar las cuentas «en tiempo y forma». Al contrario de lo que viene sucediendo desde 2016. «Se tienen que aprobar los Presupuestos antes de que acabe el año, me comprometo a ello», dijo Sánchez en La Sexta el jueves.
La fórmula en el Ejecutivo para acordar un borrador será la misma que el año pasado. Primero, una negociación dentro de la coalición para armar el esqueleto básico de la norma. En Podemos aseguran que ya lo tienen «todo listo» para abordar esas conversaciones. Pero antes, en el partido de Belarra se quiere avanzar en una cuestión crucial: la ley de vivienda. El jueves Sánchez admitió que se trata de una negociación «compleja y difícil» . Pero en contraposición a esa parte negativa celebró que será la primera norma en esta materia que tenga España.
Si no se aprueba antes de verano, esa negociación se solapará con la presupuestaria y puede enrarecer el ambiente entre los socios de Gobierno. De hecho, ya lo hizo el año pasado, cuando el exvicepresidente segundo y líder de UP, Pablo Iglesias, supeditó el apoyo del flanco morado al borrador de los PGE a un segundo compromiso del PSOE para limitar el precio de alquileres. Un doble compromiso que sigue sin cumplirse.
En Podemos se dicen «a la espera» de lo que puedan responder desde el Ministerio de Transportes. La regulación de precios del alquiler es el caballo de batalla. Podemos celebra que «desde que se empezó la negociación, el PSOE ha pasado de los incentivos fiscales a aceptar cierta regulación». Pero advierten de que «la congelación no cumple el acuerdo de Gobierno» y que para ciudades como Madrid y Barcelona no es suficiente. Sin intervenir el mercado no apoyarán la ley. El Gobierno acaba de presentar UN recurso de inconstitucionalidad contra la ley catalana de alquileres, aunque como gesto no ha solicitado su suspensión cautelar. Esto es algo que no ha sentado bien a los socios de la coalición, sobre todo a ERC, que forma parte de la Generalitat. Y preocupa en Podemos porque esa ley de Vivienda tiene que salir con esa mayoría en el Congreso.
Habrá tensiones
El socio minoritario del Gobierno espera que tras el momento político que se abrió tras las elecciones en la Comunidad de Madrid, y con el foco que han ocupado los indultos en el último mes, se retome con urgencia la agenda social y se entre en el marco de los próximos Presupuestos . Algo que apuntalaría la «buena salud» del Gobierno de coalición.
En el panorama político no hay duda de que la mayoría para alumbrar estas cuentas públicas está consolidada. El bloque de investidura, el bloque plurinacional, como lo llamó Iglesias, que además fue quien lo soldó, tiene predisposición a apoyarlas. Pero eso no quita para que haya episodios que vayan a tensar la relación dentro del Gobierno. Y entre el Gobierno y sus socios. Y en este punto, desde Podemos plantean que habrá que poner encima de la mesa la reforma fiscal. En la parte socialista del Gobierno han dejado claro que ese planteamiento sólo podrá abordarse cuando se recuperen los niveles previos a la crisis, pensando más en 2023. Pero desde la dirección de Podemos presionan e insisten en que «no estamos en la misma situación del año pasado» y que «la recuperación va a ser muy fuerte». Y que por tanto es momento de abordar ya esta reforma.
En lo que se refiere a Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera y líder de UP , su entorno explica que está centrada en la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y en la reforma laboral. Respecto a la primera, Díaz insiste en que hay margen para que se produzca este año a pesar de que la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, ha manifestado públicamente sus reticencias. En relación a lo segundo, desde el Ministerio de Trabajo que lidera, aseguran que la negociación para derogar los aspectos más lesivos de la norma «va muy bien» y que el compromiso alcanzado en el seno del Ejecutivo es que se apruebe todo antes de finales de año. Al menos de manera oficial, a su equipo no les preocupa que esta negociación se solape con la presupuestaria.