Pablo Casado: salir a ganar sin miedo a la autocrítica

Ahora se enfrenta a la segunda vuelta , en la que no era partidario de pactos porque «si se acatan las normas hay que ir a una segunda vuelta independientemente del resultado».

Desde el principio se apuntó que la candidatura de Casado estaba «inspirada» por José María Aznar , del que fue director de gabinete, ya fuera del Gobierno. Nunca ha negado su simpatía por el expresidente y siempre que ha tenido ocasión ha asegurado que él está orgulloso de haber trabajado a las órdenes de Aznar , pero también de Rajoy . De este, sin embargo, criticó sus políticas , en un momento de la campaña que marcó un punto de inflexión. Casado cuestionó la política del Gobierno de Rajoy en Cataluña, la no derogación de la ley del Aborto, la subida de impuestos, las escasas políticas familiares o el frenazo a la reforma educativa. Fue una especie de enmienda a una etapa del PP que motivó la fuga de millones de votantes hacia Ciudadanos y otros partidos minoritarios, como Vox.

Casado comprobó que el caso de su máster podría ser utilizado en su contra , y denunció juego sucio en la campaña. Desde el primer minuto no ha dejado de apuntar a conductas «poco edificantes» durante la campaña, hasta el punto de detectar posibles irregularidades en varias mesas electorales en la jornada de ayer. Casado se ha rodeado en su campaña de un equipo joven, renovador, muy próximo al PP de Madrid , donde ha obtenido un gran resultado.

Casado se mueve como pez en el agua en las redes sociales, pero también en los platós televisivos. Ahí, como ha recordado él mismo, ha tenido que lidiar con los adversarios políticos en momentos negros para el partido , sobre todo cuando la corrupción los tenía entre la espada y la pared. Se desenvuelve bien en los debates y planta cara a la «nueva política», entre otros motivos porque él mismo quiere formar parte de ella, eso sí, con una defensa de los principios de siempre del PP.