El Rey: «No debemos escatimar esfuerzos contra el terrorismo»

Acompañado por Doña Letizia, Don Felipe presidió la ceremonia de la Pascua Militar, en la que se estrenaron los nuevos ministros de Defensa, María Dolores de Cospedal , y del Interior, Juan Ignacio Zoido. Al acto también asistió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Ante todos ellos y los cerca de 200 militares y guardias civiles que asistieron a la cita, el Rey dirigió unas palabras «como mando supremo de las Fuerzas Armadas». Don Felipe, que empezó su discurso con un «queridos compañeros», instó a «seguir apostando por el proceso de modernización que nos permita tener tanto la operatividad como la perspectiva necesarias para ir siempre por delante», porque «no podemos dejarnos rebasar por los nuevos escenarios y los desafíos actuales, cada vez más cambiantes e imprevisibles».

El Rey se refirió a «los riesgos y amenazas a los que estamos expuestos» y «a la que probablemente sea la mayor amenaza a la seguridad global en la actualidad, el terrorismo». «Tenemos la obligación de hacer cuanto esté en nuestras manos por defender los derechos y las garantías individuales de nuestros conciudadanos», afirmó Don Felipe.

Además, agregó que «debemos aprovechar el conocimiento y la amplia experiencia que tenéis y que tan buenos resultados ha dado en la lucha contra el terrorismo para, de esta manera, estar lo mejor preparados posible para combatirlo con la máxima eficacia y total determinación».

El Monarca también tuvo un cariñoso recuerdo para los que han dado su vida por España y para sus familias y, aunque no mencionó expresamente a las víctimas del Yak 42 , se puede interpretar que quedaron incluidas en sus palabras. Recordó que el primer y más fundamental deber del militar, «como bien sabemos todos los que lo hemos jurado ante nuestra Bandera, es la disposición permanente para defender a España ». Según precisó, «arriesgar la vida para proporcionar seguridad y protección a los demás es inherente a la esencia de la profesión militar». No obstante, agregó, «siempre la pena nos alcanza profundamente cuando, como también ha ocurrido este año, mueren compañeros de armas en el cumplimiento de su misión; tanto en operaciones fuera de nuestras fronteras, como en el cumplimiento de su quehacer diario». Su entrega «noble, generosa y a veces heroica deberá ser siempre valorada y recordada con honra, con gratitud y con emoción. A sus familias, hoy de manera especial, les dedicamos todo nuestro cariño».

En un mensaje dirigido especialmente a los militares y guardias civiles, el Rey les dijo que «el pueblo español también se siente orgulloso de vosotros y agradece el trabajo que nuestros hombres y mujeres estáis realizando al servicio de todos, al servicio de nuestra paz y seguridad».

También quiso el Rey recordar los dos aniversarios que se han conmemorado en 2016: el tercer centenario del nacimiento de Carlos III y el cuarto de la muerte de Cervantes .

De Carlos III, recordó que «modernizó el Ejército y la Armada e inspiró unas Reales Ordenanzas que han sido un hito para nuestras Fuerzas Armadas». En este sentido, destacó el artículo del Cabo , «aprendido y asumido por generaciones» de militares y que «sigue constituyendo un referente para los profesionales de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil». Según Don Felipe, este artículo es «una guía permanente de la forma correcta de ejercer el mando, desde quienes ocupan los escalones inferiores a los que asumen las más altas responsabilidades». Agregó que es «una forma de ser y de hacer que va más allá de la obediencia debida porque incluye respeto, preocupación por el subordinado, cercanía, generosidad y afecto sincero; y que aún hoy sigue en vigor en las Ordenanzas de 2009».

De Miguel de Cervantes, destacó una frase que el «poeta soldado» puso en boca de Don Quijote: «Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida».

El Monarca, que intervino después de la ministra de Defensa, terminó sus palabras con un «¡Viva España!», que fue seguido de un «¡Viva el Rey!». Una vez acabado el acto, los Reyes compartieron un vino español con sus invitados en Salón de Columnas.