Nadie puede equivocarse hoy al votar los Presupuestos Generales de 2017

Ninguno de ellos puede equivocarse al votar ya que entonces las nuevas cuentas serían rechazadas. No en vano, suman tantos votos (175) como los grupos que reclaman la devolución de las mismas: PSOE, Podemos, ERC, PDeCAT, Nueva Canarias y EH Bildu (175). En esta votación, un empate le sirve al Gobierno para seguir tramitando los Presupuestos. Eso sí, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, tendrá que repetir tres veces la votación y obtener el mismo resultado de 175 contra 175 antes de poder rechazar las enmiendas de totalidad.

Superada la votación, las cuentas pasarán a la fase de enmiendas parciales en las distintas comisiones, para la que el Gobierno ha pedido a sus socios lealtad para preservar el diseño de las cuentas. No en vano, este trámite permite a los partidos de la oposición introducir importantes cambios en el proyecto si logran sumar una mayoría. Los únicos límites que se establecen para las enmiendas parciales son que deberán contar con el visto bueno del Gobierno cuando supongan un aumento del gasto o una disminución de los ingresos. El PNV también avanzó ayer que no participará en esta fase ni presentando ennmiendas ni votando las propuestas de modificación de otros por mucho, dijo ayer Esteban , que les «tienten». Lo mismo harán Ciudadanos, Foro Asturias, UPN y Coalición Canarias.

Pero el escollo más difícil de superar será la aprobación definitiva en el Pleno. Para las populares esa votación es más peligrosa que la que se celebrará mañana, previsiblemente al portavoz de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, con quien las negociaciones ya están a punto de caramelo. El precio que ha puesto el político canario para su apoyo pasa por las reformas del régimen fiscal y del sistema electoral de Canarias. El Gobierno acepta el primer punto pero, de momento, calla sobre el segundo, aunque es claramente optimista sobre el resultado de las conversaciones. Una vez superada la aprobación del Pleno, las cuentas seguirán su tramitación en el Senado donde no tendrán problemas gracias a la mayoría absoluta que ostenta el PP.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, siguió desde su escaño la intervención de Montoro con atención, instantes después de que quedara cerrado el acuerdo sobre el cupo vasco que asegura el apoyo del PNV. En la cara del jefe del Ejecutivo se vislumbraba total tranquilidad.

No en vano, la tramitación de los nuevos presupuestos es el mayor reto parlamentario que se le ha presentado desde que fue investido por segunda vez. Y la superación de la votación apuntala al Gobierno en un momento político especialmente delicado por los últimos escándalos de corrupción , el inicio de la comisión de investigación sobre la financiación de Génova, las explicaciones pendientes en el Congreso y la moción de censura lanzada por Podemos.

Además, la aprobación de las nuevas cuentas entrega a Rajoy un importante comodín en términos de estabilidad ya que la legislación permite a Moncloa prorrogar los últimos Presupuestos aprobados por la Cámara Baja. No obstante, el pacto con el PNV sí tiene una derivada pendiente de despejar . Y es la comparación que pueda hacer la Generalitat de Cataluña. Sobre ello, el ministro ha defendido en los pasillos que nadie debe verse agredido subrayando que este pacto se encontraba pendiente de actualizarse.