Marroquíes afincados en España: «Nos están haciendo pagar la crisis»

«Nos sentimos desilusionados y decepcionados. Todo el mundo esperaba que este año abrieran el paso para poder ir a visitar a nuestras familias», cuenta Hajar , estudiante de auxiliar administrativo de 27 años y originaria de Fez, una localidad al noreste del país magrebí. «Todos los años, con mi madre y mi hermana, cogíamos el coche desde Madrid hasta Algeciras y de ahí el ferry a Tánger». La misma travesía realiza Shawki, enfermero de 28 años que viaja con sus padres y hermano desde la capital española hasta Tánger, donde nació su padre.

En total, el viaje de ida y vuelta en ferry para los cuatro sumando el coche no les cuesta más de 500 euros. «Si quisiéramos hacerlo ahora desde Francia o Italia, nos saldría por mucho más del doble de precio y de tiempo» . El barco de Algeciras a Tánger o a Ceuta no tarda más de una hora. Ahora, en la ruta que propone el Gobierno marroquí desde el puerto francés de Sète y el italiano de Génova tardarían casi dos días en llegar. Cada verano, más de tres millones de personas de origen magrebí cruzan el Estrecho con sus familias. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, en 2019 lo cruzaron 3.242.970 personas y 760.215 vehículos. El año pasado, pero esta vez por mutuo acuerdo entre los Ejecutivos español y marroquí, se suspendió la OPE y ninguna persona embarcó dirección Marruecos desde los puertos de Valencia, Alicante y Almería.

Este viaje no solo lo emprenden nacionales marroquíes que viven en España, sino también muchas personas que tienen su residencia habitual en Francia o en otros países europeos y que eligen la ruta por Algeciras porque es la más rápida por mar hasta Marruecos. «La suspensión de la OPE supone no ver otro año a tu familia. Mucha gente lleva meses ahorrando para este viaje y lo preparan con mucha antelación: regalos, billetes... », asegura Meryem, alumna de Estudios Africanos de 28 años y que tiene a toda su familia en Fez.

Para Marruecos este viaje de retorno de sus nacionales para el verano significa un espaldarazo importante para su economía, ya que los emigrantes se consideran visitantes que aportan gran dinamismo al sector turístico y también significan una importante fuente de entrada divisas, además de su dimensión social y familiar. Aunque los vuelos desde España a Marruecos se reanudarán a partir del 15 de junio, según anunció en un comunicado este domingo el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, sus nacionales que viven en España no quieren viajar hasta allí. «Tenemos miedo de que una vez en Marruecos el Gobierno vuelva a cambiar de opinión de un día para otro y nos quedemos bloqueados sin poder retornar a nuestras casas en España», dice Hajar. Estas familias se sienten las víctimas de la crisis entre Madrid y Rabat. «Con las políticas y decisiones que están llevando a cabo nos están utilizando, y estamos pagando esta crisis sin tener la culpa de nada», comenta Meryem.

En un capítulo más en la crisis diplomática que si bien desde Madrid veían en la salida de Brahim Gali el fin de las rencillas, Rabat ha dejado claro que esta crisis no se solucionará hasta que España no cambie su postura en torno al Sahara Occidental.