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Javier Fernández celebra que Pedro Sánchez rectifique y se abra a pactos con el PP

El presidente de Asturias desaconseja modificar «aspectos nucleares» de la financiación antes de la reforma constitucional

Javier Fernández, presidente de Asturias EFE
Víctor Ruiz de Almirón

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El presidente del Principado de Asturias ha valorado este martes positivamente que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez , esté abordando la negociación del modelo de financiación autonómica con el Gobierno . Y lo ha hecho con un reproche velado al cambio de estrategia de Sánchez, que ahora asume que hay que negociar con el PP: «Está bien cuando se rectifica en alguna dirección».

El exresponsable de la gestora socialista ha recordado que durante su mandato interino ya defendió que había que negociar con el PP porque «había algo peor que un gobierno en minoría, y era un gobierno en mayoría». Fernández ha constatado que ahora «Rajoy tiene que negociar». Y ha valorado positivamente que «ahora está negociando con la nueva dirección», constatando que significa un cambio en la política de relaciones de Pedro Sánchez con el PP: « Puede resultar sorprendente, pero a mí me parece bien », ha dicho Fernández.

Al desayuno de Fernández apenas han acudido cinco representantes de la actual dirección federal, y ninguno de los de máximo rango. En su intervención el presidente de Asturias ha evitado el choque frontal, aunque sí se ha evidenciado distancia y reproches. Fernández ha reconocido que «apenas hablo» con Pedro Sánchez. Ha dicho que su última conversación debió de ser hace un par de meses, y lo ha justificado en que ya no es secretario general del PSOE de Asturias.

Respecto al desafío independentista, sí se ha mostrado «rotundamente de acuerdo» con la posición que ha defendido Sánchez . Pero le ha animado a construir un proyecto que según ha formulado no parece considerar que esté completo y consolidado: «No estoy muy inclinado al consejismo al PSOE últimamente, pero a mi juicio, lo razonable, ningún partido debería guiar por el miedo demoscópico porque eso te lleva siempre a posiciones cortoplacistas, y a vivir del presentismo, y el PSOE tiene que tener visión estratégica, a medio plazo, y eso conlleva la elaboración de un proyecto, creo que están en ello, no unas propuestas como a veces escuchamos, que están bien, pero proyecto es otra cosa. En ese marco, el PSOE debería hacer lo que hizo siempre, actuar como un jano político, con una mirada hacia Podemos para competir con el en la igualdad, y con una mirada hacia el PP para competir en materia de eficacia, así con ese proyecto es cuando debería conectar a través del liderazgo con una aspiración colectiva».

Arropado por Rubalcaba

Al preguntarle por si como Felipe González no se siente reflejado en ningún liderazgo actual, Fernández ha dado la vuelta a la cuestión para identificarse con el expresidente del Gobierno y ha advertido a la dirección actual de que «debe preservar ese activo» y que un partido «no puede prescindir de sus referentes por muy nuevo que se autodetermine».

Fernández ha participado en un desayuno informativo en el que ha reivindicado la reforma constitucional que el PSOE defiende desde 2012 desde la pretensión de la dirección de Alfredo Pérez Rubalcaba , que hoy le presentaba en el acto, que a partir de la descentralización política «no era otra cosa que organizarla, perfeccionarla y cerrarla».

Fernández ha hecho enmienda de la forma en que ha tenido lugar el proceso de descentralización en España porque «mientras la letra constitucional apenas se toca, asuntos medulares de su contenido se deciden de forma indirecta a través de los estatutos y otras leyes». Ha defendido que la intención de su propuesta y la de Rubalcaba era «perfeccionar el sistema y cerrarlo» para «terminar con el riesgo de centrifugación del poder hacia unas Comunidades Autónomas aquejadas de una insaciable voracidad competencial».

Pero Fernández ha reconocido que «llevarla a cabo hoy es al menos muy difícil » sustancialmente por «la inexistencia de un acuerdo básico entre los partidos que nos aporte la concordia necesaria para abordar una tarea de tal magnitud». Pero sí ha planteado la necesidad de «cambiar» el sistema de financiación autonómica reclamando que la reforma constitucional incorpore «una mayor precisión» de las reglas generales del modelo en la Carta Magna: «La escasez y la laxitud de los valores y principios generales recogidos en la Constitución han dejado a la decisión última de los legisladores no constituyentes una cuestión crítica en todo Estado descentralizado: la definición del compromiso político entre autonomía y solidaridad».

Es decir, Fernández coloca la cuestión de la financiación como el auténtico caballo de batalla, pero lo vincula a una reforma constitucional que considera que será difícil de llevar a cabo. Ha puesto en primer término la necesidad de modernizar el Estado Autonómico, pero ha advertido que son «los más firmes partidarios de la asimetría, los mayores defensores de la desigualdad territorial».

A su juicio, la financiación autonómica necesita «ajustes que deben ir más allá de una mera revisión técnica», pero advirtiendo que «modificarlo en aspectos nucleares es otra cuestión bien distinta que no debería abordarse con carácter previo a la reforma constitucional si no queremos incurrir en el riesgo de condicionarla, de constreñirla antes siquiera de iniciarla.

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